Sep 1, 2009

Tania, la hermosa


“No sientas que te falte
el don de hablar que te arrebata el cielo,
no necesita tu belleza esmalte
ni tu alma pura más extenso vuelo.” Martí. A Emma.

“Artist must be beautiful” Marina Abramovic. 1975.

Con Tania me pasa lo que me pasa desde que tengo memoria respecto al cine. Nunca me ha interesado el argumento tanto como si hay una mujer hermosa sosteniendo lo que quiera que sea la película. Existencial? Romántica? Un musical? Una historia colegial de fraternidades? De samuráis? Una tontificacion política en los Balcanes o La Habana? Una grosería colombiana sobre la cocaína? Nada como una película tonta con una mujer hermosa. Hedy Lamarr en Ecstasy. Marilyn Monroe en “Los Caballeros las prefieren rubias”, Kete Beckinsale en” Underworld”.

El performance con hombres nunca me ha interesado salvo que algún austriaco se corte el cuerpo o se suicide en directo. Ya lo decía Renoir a la hora de hablar de los hombres en los cuadros y que aplica perfectamente para el performance. “Ils sont trop lourds, ils pensent trop”. No. Para que un perfomance valga la pena tiene que haber una mujer hermosa metida en él .

Marina Abramovic se ve radiante con su respiración agitada debajo de ese esqueleto. Nikki de Saint-Phalle es sublime, una Deneuve del arte contemporáneo disparándole a ese lienzo con su rifle calibre 22 de verdad, con balas de verdad y casquillos de verdad humeantes y vacíos cayendo al piso cada vez que el arma de verdad es descargada de verdad y vuelta a cargar de verdad. Una belleza de verdad que el arte expropió a Vogue.

Andrea Fraser vendiendo su cuerpo cual Ishtar bajada desde un púlpito anglicano para nuestro deleite voyeur. Y esa Martha Rosler, zurda para más, tan sexy a pesar de su calculado hieratismo de indignación espartana, con su cuchillo de cocina asesino y su delantal de anestesista y que invitan a romper su ventana con una flor y una nota amarradas a una piedra. Porque como en Eva Hesse, detrás de toda artista radical, solo hay una mujer que quiere ser amada.

Y las mujeres rollizas y francesas de Ives arrastradas cavernícolamente por entre la pintura azul Klein que nos hacen querer volver a lo mas “hot” de la edad de piedra. ¿Qué tal Ana Mendieta haciendo el amor con sus voluptuosas caderas cubanas “on top” sobre otro esqueleto que pidió prestado a Marina Abramovic?…¿O es al revés? ¿Esqueleto Don Juan? No importa…Ana… ¿Cómo se puede tirar semejante hermosura por una ventana?

Eso me pasa con Tania. No me importa si es inteligente o no. Si es coherente o no. Es viva como Lilith, es la fuerza pelirroja que enamoró al primer Adán. Tania es hermosa. Ese aura Borgia con que invade todo el escenario es fascinante. Sin que haga falta el cuello de brocado flamenco, ese aire imperial y pelirrojo isabelino.

La belleza unida a la viveza, al “ésprit”, siempre ha causado escozor entre el público puritano de la docencia y los sin ingenio. Eso es atávico. Lilith, Morgana, Livia… Tania. Eso, esa capacidad para molestar hace que su belleza sea aún mas lejana, mas críptica. Existen otras artistas con el “twist” Borgia pero les falta la belleza caribe-catalana de Tania. Y es que la naturaleza no se esmeró demasiado con ellas.

Pero por sobre todas las cosas les falta el soplo mágico y animal de la deliciosa arrogancia: ese, “lo tengo todo controlado”, ese, “mientras tu le has dado una vuelta a la manzana yo le he dado cuatro” tan andaluz, tan cubano, tan árabe, esa herencia grácil de la picaresca española del encantador buscón que controla el tráfico del barrio entero. Esa chulería tan Master Mind. Tan Pimp.

Tania americanizada. Tania Capablanca:

“Capablanca, la ardiente sangre cubana se ha convertido, bajo la influencia del americanismo práctico, en el milagro de la técnica ajedrecística. Su juego es perfecto. Trabaja con la precisión de un horario de trenes de pensamientos. Un examen rápido y claro le revela los secretos de posiciones complejas, y encuentra la jugada capaz de transformar el cuadro ajedrecístico más romántico en una posición desnuda y lógica. Capablanca no es un estratega profundo como Lasker, ni está embriagado por la ciencia del ajedrez como Tarrasch. En él se agolpan las ideas más geniales. Es un ajedrecista práctico. La característica típica de su juego es la de encaminarse en cada posición hacia la mejor jugada, no desde un punto de vista filosófico, sino práctico. La sencillez de su juego no carece de riqueza. La fuerza de Capablanca -¿No será eso, al mismo tiempo, su debilidad?- se basa en el descubrimiento de la prosa en la fantasía del ajedrez, si bien al final no se proyecta de la fantasía a la prosa.”(Tartakower)

Tania Livia…Tácito y los “cepos y las artes” de Livia…

“Acribus namque custodiis domum et vias saepserat Livia, laetique interdum nuntii vulgabantur,” Annales 1.3

Germán Arciniegas nos enseñó a los colombianos que la historia no es más que un collar de anécdotas y ¿Qué se podía esperar de ese parvulado que consume arte social en Colombia? Reducir el acto de Tania a la anécdota.

A quien le importa si Tania se levantó ese día tarde y llegó a hacer la tarea de biología al colegio, si cazó una mosca mientras la gente hacia la fila de la mañana o si se arrancó “on the spot” uno de sus hermosos rizos rojo-irlandés Palette para su clase de microscopio. Si antes de entar compró cocaína o una colombina o un chocolate. Si la tarea fue un encargo del rector y habían acordado previamente que, si alguien preguntaba, el no conocía a Tania. Tania sola, Tania independiente, Tania improvisando como Picasso con un timón de bicicleta haciendo un toro en tres minutos. Tania haciendo sumas y haciéndolas pasar por ecuaciones de tercer grado en clase de cálculo. Tania demostrando la cuadratura del círculo: Pi.R a la 2 se convierte en B a la 2…Fácil. Obvio.

¡A quién le importa!. ¿Ese es todo el nivel político del debate artístico en Colombia? ¿En la esfera publica? El pais del chisme y el materialismo anecdótico. De la izquierda derechosa y la derecha izquierdosa. Tania declarada heroína, vicariamente, por el parvulado de kínder. Tania Luxemburgo. Tania Cano. Tania Salavarrieta.

Digan lo que quieran de Tania, Tania es la mujer hermosa que a sus 40 años andaba de performance. Tania con la sangre Capablanca, Tania Dios relojero, Tania Leibniz del cálculo conductual, “Disertación del Arte Combinatoria”. Pavlov del arte. Tania como Dios que no juega a los dados. Tania a quien las parcas, diosas del destino quieren imitar.

Okey. El artista contemporáneo, Sierra, Alÿs, tiene el complejo de Dios calculador, de ajedrecista, de Duchamp, pero suele ser físicamente poco favorecido. Más aún, suele ser silvestremente feo. Tania no. Tania es hermosa.

A quién pues le importa si el perfomance era barato o caro. Importante o no. Una mujer hermosamente despistada, que debe ser mas hermosa en este momento, riéndose sola en un avión de un mundo que cree en sus prestigitaciones, tuvo que lidiar por una semana con éste país cacofónico sin perder la compostura. Y es que el verdadero performance no fué la tarea de la alumna desaplicada que luego fué calificada por el maestro “pervert” con un 10. Fué la alumna misma con su incomparable porte de princesa colonial, su pelo de Magdalena y su espectacular talento para existir. Esa era la parte del performance que Tania no tenía calculado: verse bella, radiante como Gradiva y ser una mujer hermosa y deseada. Porque al final, solo la belleza queda. Como tiene que ser.