Oct 5, 2004

Trepadores de buen corazón





" Oh, what a change between to-day and yesterday!
W.M. Thackeray. "Vanity Fair. A Novel Without Hero."


“El territorio de la estética comienza donde termina el mundo convencional. Designa aquel espacio en el cual la realidad y la imaginación entran en conflicto. Los artistas son guardianes de la frontera de un reino situado más allá del mundo administrado, fuera del alcance de la soberanía interpretativa de la política y la economía. Mientras todo el mundo está enfrascado en la eterna disputa sobre quién es dueño de qué, el arte resuelve las condiciones de propiedad a su manera: en el reino de la estética todos son dueños de todo.”



Podríamos definir esta palabras de Alfons Hug como un bello eufemismo o una leve metalépsia de negación de lo que de una manera más cruda es el uso de la estética por el capitalismo?

1. El terreno de la estética no comienza donde termina el mundo convencional (léase Mercado). Es una continuación del mundo convencional del capital por otros medios, del modo como Gérard de Nerval concebía los sueños como continuación de la vida.

2. Los artistas, en el mundo contemporáneo no son guardianes de ninguna frontera de ningun reino situado más allá de un mundo metapolítico y metaeconómico porque tal cosa de “no enfrascarse” sencillamente es tan posible y ridícula como un reino de cabezas con alas de cisne. Todos estamos contaminados en la cadena.*

El capitalismo, al no poder resolver el problema de la pobreza por medios económicos lo resuelve por medios estéticos y los artistas son los encargados de lograrlo. No de un modo en el que desafían al sistema capitalista heroicamente y con el puño en alto en plan Bono como intenta pintarlo el curador de La Bienal de Sao Paulo y muchos antes que él, sino que colaboran directamente con el sistema diseñando todas las soluciones virtuales posibles para, como quería el nazismo, cambiar el deseo básico del pobre por la propiedad, por su derecho a ser el protagonista estético de la obra de arte. A figurar dramática o picarescamente en ella y como en el célebre Teatro de Marionetas de Von Kleist, ser manejado por la infinita gracia del dios artista en el reino de Jauja maravilloso del que nos habla el curador.

La idea del pobre como espectáculo y del artista vicario no es sin embargo nueva. Tampoco la del burgués ilustrado (o perverso…) que adopta un mecanismo de transferencia emocional transitoria para obtener indulgencia moral comprando y coleccionando arte de género (...no otra cosa es el arte social...) La idea, por el contrario parece ser atávica.

Ya en el siglo XVIII encontramos una corriente pictórica originada en Nápoles ( el típico tercer mundo del XVIII) “preocupada no tanto por nuestros iguales, sino por nuestros inferiores” ** cuyos mejores ejemplos son Traversi ( c. 1732-1769) , Ceruti (activo 1720- 50) y Crespi (1665-1747) cuyas escenas de pobreza y rusticidad intimista fueron tan caras al gran duque Fernando de Medicis. En Piazzetta, pupilo de Crespi, encontramos ya una especie de protorrealismo socialista muy apreciado por el mariscal Schulemburg, coleccionista también de Ceruti.

Los grandes banqueros, el Príncipe De Lichtenstein y Luis XV fueron los principales clientes de las escenas de pobreza de Chardin así como los comerciantes holandeses y el Archiduque Leopoldo Guillermo de Austria de los pintores de género de los países bajos.

De la vida de los pobres como pasatiempo de los ricos no hay pues, nada nuevo bajo el sol. En lo que si hay un “Gran salto Adelante” es en que solo hasta nuestros días el “arte preocupado no tanto por nuestros iguales, sino por nuestros inferiores” es el Arte Oficial .

Finalmente lo que tampoco parece ser una idea nueva es la del artista social como escalador social. Teniers el Joven (1610-1690) llegó con sus escenas del campo a ser pintor de la Corte en Bruselas y Curador (sic) de la Galería de Pintura del ya nombrado Leopoldo Guillermo. Caryn James en su crónica (International Herald Tribune. Aug 31, 2004) de la reciente versión de Mira Nair de la novela “Vanity Fair” de Thackeray define a la bella, encantadora, inefablemente ingeniosa y más famosa arribista de la literatura inglesa y universal Becky Sharp, como una...

“Trepadora de buen corazón” (A Social Climber with Heart).

El artista contemporáneo no es solo el inocente roussoniano de Hug sino que puede al mismo tiempo llegar a ser el más astuto de los mortales bajo el capitalismo. ***




* Louis Althusser. Ideology and ideological apparatuses.1970.

** Michel Levey. Rococo to revolution. Major trends in eighteenth-century painting. 1966.


*** Jean Gimpel. The cult of art. Against art and artists. 1969