Aug 29, 2009

Tiempo de Performance: El Hemisferic Institute y los sponsors de la rebelión de bajo impacto


 

“Y esto, ¿A quién beneficia?” Lenin

Pido disculpas por atribuir con ligereza la financiación del evento "Ciudadanías en escena: performance y política de los derechos culturales" al Estado y la Universidad. No hay tal. El evento es financiado por el Instituto Hemisférico de Performance y Política con sede en Nueva York, que a su vez está financiado por la Fundación Ford y la Rockefeller Brothers Foundation. http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/historia

Desde luego el discurso humanitario con el que se presenta el evento en la Universidad Nacional se viste de gala con la retórica antihegemónica que ha convertido la  pandemia verbal y la logorrea de la rebelión, en el lenguaje del arte políticamente maníaco de la contemporaneidad. Sus creadores presentan el evento de ésta manera:

"Titulado "Ciudadanías en escena: performance y política de los derechos culturales", el evento de 10 días invita a investigar los “derechos culturales” y sus complejas relaciones con las ciudadanías tanto en contextos históricos como contemporáneos. Entendemos los derechos culturales como una figura jurídica, como un dispositivo de poder, y como una articulación alrededor de la cual se condensan reivindicaciones, ciudadanías y sujetos. Estos nos permiten investigar la relación entre el performance y la política a través de diversas formas expresivas, categorías de análisis, disciplinas, tradiciones y movimientos. Los derechos culturales necesariamente invocan al Estado, hecho visible por los mismos ciudadanos e instituciones que éste produce, y también resaltan la instrumentalización del ritual, la identidad, la protesta, la guerra y el arte. Nos invitan a explorar el derecho a la identidad y a la interculturalidad; el uso y promoción de los idiomas maternos, idiomas de elección y su hibridación; la formación artística y al acceso a sus expresiones; y el reconocimiento, transmisión, y transformación de la memoria colectiva, entre otros. Los derechos culturales también destacan la enorme brecha entre el discurso jurídico y las vivencias sociales, entre la teoría escrita y las prácticas corporales, y nos impulsan a investigar estas tensiones, antagonismos y asimetrías sociales, y las prácticas y estrategias performativas que artistas, actores sociales, pueblos y estados utilizan para intervenirlas."http://hemisphericinstitute.org/esp/encuentro/colombia_overview.html

La mejor prueba de que toda esta retórica heroica es solo un ataque ritual y por lo tanto inocuo del arte  al Statu Quo - y que el Statu Quo es el más interesado en divulgar dichas formas inocuas de rebelión cultural- es que quienes financian y promocionan sus eventos y los pomposos escándalos mediáticos como los que estamos viendo en éste nuevo evento de la Urgencia, son los agentes hegemónicos. Su manipulación de la cultura, del mundo de la Rebelión no es nada nuevo:

"¿Eran de verdad tan ingenuos esos socialdemócratas anticomunistas como para creer que todos esos Congresos en mansiones de lujo y en hoteles de cinco estrellas en el lago Como, en Paris y en Roma, todas esas costosas exposiciones de arte y esas brillantes revistas eran simples actos voluntarios de filantropía? Tal vez. Pero hasta los más ingenuos deben haberse dado cuenta de que en todos los congresos y revistas el objetivo de la crítica era el "imperialismo soviético" y la "tiranía comunista" y los "apologistas izquierdistas de la dictadura": -a pesar de que era un secreto a voces que EE.UU. intervino para derrocar el gobierno democrático de Arbenz en Guatemala y el régimen de Mossadegh en Irán y que los derechos humanos eran masivamente violados por las dictaduras respaldadas por EE.UU. en Cuba, la República Dominicana, Nicaragua y en otras partes. La "indignación" y las afirmaciones de "inocencia" de muchos intelectuales de izquierda anticomunistas después de que se reveló que fueron miembros de los frentes culturales de la CIA, deben ser tomadas con una buena dosis de cínico escepticismo".  La Fundación Ford y la CIA: un caso documentado de colaboración filantrópica. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43703


El uso conductista de la imagen subliminal. Basta!

Para quien siga queriendo negar como el avestruz que el Arte Político contemporáneo es el Arte del Capitalismo Corporativo, que el Arte Político es parte esencial de la agenda ideológica y propagandstica del Capitalismo Corporativo y que su llamado a la rebelión es un Minstrel calculado para eternizar los fundamentos del Statu Quo, estas referencias sobre los sponsors del Hemispheric Institute, la institución que financia  evento, pueden hacer luces sobre la categoría del escenario donde se desarrolla el drama.
Una sola cosa ha cambiado desde la creación del Instituto Lingüístico de Verano. Las ideas reaccionarias no se introducen ya a través del Evangelio en lenguas indígenas, maternas, como dice el manifiesto del evento. Hoy en dia esas ideas se introducen - con su sintaxis de "rebelión" - a través del evangelio del Arte Social. Sus actores, sus puppets, llenan los versículos del drama con fingido dolor de plañidera griega. Con sus falsos objetos testimoniales, sus falsas balas que no resisten un peritaje, sus falsas persecuciones, su litros de sangre y lágrimas falsos, su apócrifo pasado de desplazamiento, sus regaños performados  que se mueven gracias a los hilos que mueve el poder hegemónico desde la superestructura educativa de la cual es dueño.

Cuando el artista político aparece, el sistema, Ford y Rockefeller, tiemblan....Pero tiemblan del regocijo de pensar que el mundo cultural y artístico post-comunista funciona como lo habían previsto. Y lo que es aún mas reconfortante: el arte ya no tiene que estar directamente vigilado e intevenido por el poder policial.  Las estrategias educativas y la red neuronal ideológica que diseñó y puso en marcha la CIA durante la Guerra Fría se han reciclado a través de teorías de neutralización de la acción social por la cultura. A partir de las experiencias de la guerra fría, la CIA se dió cuenta de que la mejor y más silenciosa estrategia para neutralizar la revolución marxista era atomizarla creando y finaciando pequeñas y aisladas revoluciones comunitarias culturales a lo largo del planeta, de tal modo que éstas pudieran disfrutar del uso voluptuoso del lenguaje revolucionario sin presentar ninguna amenaza social importante.

De la guerra cultural la contemporaneidad copia las tácticas  de contaminación ideológica y ya no es necesario un agente del estado para implementarlas. Solo se necesitan ahora el curador y el filósofo. Mouffe, Rancière o Bishop. La red intrincada que sigue de ese punto para abajo en la escala, ya funciona sola. A través de las Bienales, los Salones y sobre todo las facultades de Arte y la atractiva noción de "Plástica Social"donde se adoctrina al estudiante - al joven pequeñoburgués lleno de ambición por ascender en la escala social y ser rico, al Pip Pirrip del drama - que la política debe ser ejercida como espectáculo humanitario. Un domingo con los pobres, un Minstrel performático como el que hemos visto en la Nacional y como el que seguiremos viendo en las Bienales y las Urgencias por venir. Porque de esto y para infortunio de un país cuya única posición estética hasta la fecha ha sido la casi nula resistencia para la contaminación ideológica, hay para rato.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------

(1)  Sobre los vínculos entre la Fundación Ford y la CIA
Carlos Salazar

Aug 27, 2009

El Arte Politico como Cocaína


buy.art.not.cocaine.

“Los efectos son inmediatos y consisten en una elevación de la autoestima y la confianza en uno mismo, acompañado de una gran locuacidad, excitación (pudiendo llegarse a una irritabilidad extrema). El efecto dura relativamente poco tiempo (unos 30-60 minutos) y, en cuanto empieza a declinar, el sujeto experimenta ansiedad por recibir otra dosis.”
¿Porqué por alguna razón la descripción de los efectos de la cocaína nos recuerda sorprendentemente la de los efectos que el arte produce en los espectadores en éste tipo de eventos? El arte, la droga legal, es distribuída en cambio gratuitamente y es financiada por el Estado y la Universidad. Al igual que la cocaína, realza en quien la consume su yo heróico y le hace creer que es la solución a los problemas de su entorno social. El arte como la cocaína es una droga social y relacional.
Entre distribuir cocaína y distribuir “política” en un festival de performance solo hay una diferencia de tipo moral. Y éste, condenando a aquella, un ejemplo de doble moral e hipocresía. La cocaína fué la droga recreativa de la Era Reagan por excelencia. El Arte Político, incluído el de Bruguera, la droga recreativa de la primera década del siglo XXI, el Mainstream crítico y docente su dealer y las bases políticamente analfabetas a las que éstas dirigen hacia la dictadura de la “Plástica Social” para establecerla como monopolio de mercado, sus víctimas. En el caso de Bruguera afortunadamente el desprestigio proviene del mismo medio que ha propiciado su existencia. Un síntoma de que la nuturaleza circence que el arte ha dado a la política no es un estigma que provenga de críticas exteriores a éste (la “derecha”). El camino hacia su desprestigio pasa por la naturaleza enferma de su propia dependencia y los efectos de su narcosis ideológica. Nadie más tiene la culpa.

Aug 2, 2009

Cuestionario Bellini

salazarcb

Más de diez artistas, críticos y curadores responden semanalmente un único cuestionario sobre arte, política y vida. Hoy, Francesca Bellini le hace estas preguntas a Carlos Salazar el pintor bogotano recibió el primer premio del XXIX Salón Nacional de Artistas y sus obras hacen parte de las colecciones del Banco de la República y el Museo de Arte Moderno de Bogotá.

¿Para qué sirve el arte?

Para confrontar al artista y al espectador con su propio ser. La única noción de conciencia que el arte es capaz de despertar tiene que ver con el ser de cada individuo. Cuando el arte pretende ser vehículo de ideologías colectivas se vuelve religión y en ese sentido es abusado y se convierte en vehículo de abuso.

¿El arte y la política deberían mezclarse?

Hoy en día el arte político es al capitalismo corporativo lo que una vez fue el arte religioso a la Iglesia. Es por eso que muchas corporaciones cuestionadas coleccionan arte político contemporáneo y financian eventos a nivel global. ¿Porqué una corporación como Unilever que explota niños en plantaciones del Hindustán, deforesta miles de hectáreas de bosque para sembrar palma de aceite en Indonesia, recurre a paramilitares en Pakistán o promueve que la piel blanca es mejor en sus comerciales de jabón en Asia, limpia su imagen con arte político antirracista y anticapitalista? Eso nos puede dar una idea de en qué contexto funciona el arte político en nuestros días. El arte político ya no es lo que una vez pretendió ser en los años 60. Está diseñado con base en el principio de Carnegie que dice que un producto se vende mejor si se asocia con una labor social. Su falsa confrontación con el sistema y las instituciones, es puramente ritual. El pecador ya no compra bulas papales como se hacía antiguamente: hoy compra arte político o financia causas sociales para ser absuelto de sus pecados por la sociedad y poder seguir haciendo negocios dudosos tranquilamente.

¿Ha llegado la hora en que los políticos sean reemplazados por los artistas?

Ese fue el sueño de Wagner y Hitler y lo que resultó de ello es bien conocido. Los políticos ya han sido reemplazados por los artistas como propagadores de la idea populista de que la redención social no yace en la redistribución de la riqueza, sino en la conquista de la identidad cultural. Si hace una década la gente moría de hambre, hoy en día muere de hambre con su vestido típico puesto.

¿Cree usted que el arte es una forma válida de activismo?

Aunque en los últimos años se nos ha querido vender la idea demagógica de que existen formas de arte no válidas, toda forma de arte es válida. Desde la pintura en porcelana hasta el happening sindical. Para los artistas que hacen activismo su status como artistas es más importante que cualquier causa y si se acercan al activismo es para promocionarse en el mercado. Por eso nunca hacen activismo de manera anónima. El activismo artístico es hoy en día algo más cercano al espectáculo y al turismo cultural que a la política.

¿Debe haber ética en el arte?

Cuando el arte difunde la moralidad de las castas dominantes que dice atacar, debe ser examinado bajo el lente de la ética. Debemos terminar con la idea romántica de que los artistas son intocables.

¿Qué no es ético en el arte?

Lucrarse con la guerra o las desgracias de los demás.

¿El arte es una forma de lucha?

Mientras el arte no pueda incidir sobre la ley establecida es una forma de lucha inocua, y un mero juego de mercado.

¿Se considera un artista político o un artista crítico?

Me gustaría pensar que soy un ser político y crítico. Ser artista como objetivo es una frivolidad. Cuando una persona se preocupa por “ser” todo lo que haga será arte, desde armar un motor, hasta podar un árbol.

¿Para qué hace su obra?

Alguien tiene que hacerla.

¿Para quién hace su obra?

Una obra que tiene personalidad no tiene que ser dirigida pues es autónoma en el camino que elige recorrer. El espectador es para la obra, más que la obra para el espectador.

¿A qué artistas admira?

Creo que la obra de cada artista deja entrever los artistas que admira y eso en mi caso es bastante obvio. Mi obra es un juego de pistas. Hay artistas que admiro por su persona: Duchamp o Eva Hesse que era un ángel. Dentro del tópico que estamos tocando me interesa mucho la actitud íntegra del artista conceptual Ian Burn quien en lugar de hacer oportunismo político en las galerías o los museos, se fue a trabajar con el movimiento sindical australiano.

¿A quién censuraría si pudiera?

Si pudiera aboliría la censura.

¿Qué le molesta del mundo en el que vivimos?

El mundo está para ser comprendido y transformado, no para ser víctima de él.

¿Tenemos esperanzas de salir del atolladero?

Qué es esa pregunta retórica … ¿El marco conceptual del próximo Salón Nacional o la próxima Bienal de turno?