May 4, 2015

El Tratado de Arco 2015 y la Dirección del Arte Colombiano en el Posconflicto














“In the morning Virgo Lucifera announced that each of the wedding guests had become a “Knight of the Golden Stone. ” The aged warden then presented each man with a gold medal, bearing on one side the inscription “At. Nat. Mi. ” and on the other, “Tem. Na. F.” The entire company returned in twelive ships to the King’s palace.”
Johann Valentin Andreæ. The Chymical Wedding. 1616



1.
Más allá de la incuestionable calidad y talento plásticos de los artistas incluidos, la muestra colombiana en Arco 2015 fue un hito en términos de la relación vinculante entre Arte Político y Estado. El Estado, por fin, se tomó, en ésta coyuntura,  la vocería conceptual y programática del Arte Político colombiano. Arte Político y Estado confirmaron que la relación vinculante que solo era un rumor, era cierta.

El discurso del embajador Carrillo en la inauguración de la exposición “Desnaturalización” (1) fue un manifiesto artístico oficial del Arte Político colombiano para el presente, pero sobre todo para el futuro. Ya el Estado, encarnado en el embajador, se atrevió a explicar pública y abiertamente la función ideológica del Arte Colombiano. El arte Colombiano es un arte “crítico” y es un arte de “denuncia” de naturaleza “deconstructiva” inmanente (sic).

El arte colombiano – dijo Carrillo, sumándose a la nueva moda del Expedicionismo Botánico – debe ir de la mano con la naturaleza y debe reivindicarse con ella después de los desastres causados por la violencia. No menciona – evadiendo el lance implícito y como es de esperarse –  los desastres de la minería corporativa estimulada inmisericordemente por el Estado.



La suma de todas las cualidades enumeradas componían el “eje temático” (ideológico) de Arco, dijo entonces. Si Carrillo sabe que tematizar es incluir lo oficial para, al excluir lo temáticamente incontrolable, dejar libre la autopista a la ideología dominante, es porque ya maneja la metodología de los curadores que le acompañan en esta empresa: Rueda, Ponce de León, Wills y Cerón. Arco fue, en ese sentido, un hito histórico. Y lo fue sobre todo por eso: porque demostró, in vitro, que el aparato del Arte Político, “Critico” y el aparato del Estado hablan un mismo idioma y tienen una misma agenda. Demostró que el Arte Político no es parte de la voluntad de propaganda estatal solo en los regímenes totalitarios convencionales; tambiénlo es en las democracias neoliberales.

" En cuanto a si un arte cuestionador beneficia al estado al confirmar su tolerancia a la crítica, baste ver los múltiples casos de censura en la historia de la relación arte-estado para evidenciar que arte crítico y Estado casi nunca van de la mano."

decia José Ignacio Roca en 2006 respondiendo a mi planteamiento que consideraba, ya en ese momento,  que la relación entre "arte critico" y Statu Quo era estrechamente vinculante. Roca catalogaba entonces ese vinculo como poco menos que paranoico. No es que solo el vínculo que, insistía Roca, era improbable, se haya concretado como normal en Arco y que lo que es improbable hoy en día es que ese vinculo sagrado de deshaga. No. Es que por primera vez, como en una opera, se puede ver a sus actores desplegar su obra en completa armonía, en un mismo escenario, sin objeción moral alguna.


2.

Si el Arte Político tuvo en sus manos la labor de estetización y construcción de la moralidad del mercado del conflicto colombiano, la eventual llegada de la fase del posconflicto que derivaría de un probable tratado de paz, no conduce - como sería lo lógico en una democracia de posguerra en cualquier otro contexto - a una fase de democratización y liberación de los contenidos culturales a su propia y libertaria dinámica, sino que conduce a la continuación de la guerra por el monopolio de los contenidos artísticos y culturales por otros medios.

Los Contratistas de la Nueva Utopía del Posconflicto, quienes durante 20 años, tras travestirse con una imagen heroica frente al mundo haciéndose pasar por partisanos culturales, se lucraron con el conflicto y - rags to riches - se hicieron prósperos con el, ahora se preparan para administrar y direccionar el aparato ideológico cultural de dicho posconflicto en nombre del Estado.

“Entre mediados de los noventa y los dos miles hubo una línea dominante en el arte colombiano relacionada con aspectos de violencia. Lo político y lo social atravesó el arte como una nube negra. La violencia no es patrimonio de Colombia. Pero una gran cantidad de artistas pasaron por debajo de esa nube y se empaparon. Otros ni siquiera se mojaron con el tema”.(3)

En esta entrevista ofrecida durante Arco para un medio español, José Roca es claro en su previsión acusatoria, al montar, desde ya - desde el "Tratado de Arco"- su propio juicio de Nuremberg de acción retroactiva. Sabe, con instinto empresarial, que tal juicio va a replicar en ese gran tesoro de licitaciones, encargos, puestos y comisiones estatales y corporativas que será - ya comienza a serlo de hecho (4) - el posconflicto. La transición del monopolio del Mercado de la Guerra al monopolio del Mercado de la Paz es el fin estratégico de la intelligentsia criolla. Y quienes harán parte del monopolio? Ya Roca lo dice: los "partisanos" del ejército que se "empapó" con el paso de la nube negra de la guerra. Cabe solo anotar que estos "partisanos" vivieron la guerra de lejos, desde sus estudios. La vivieron a través de los noticieros y los diarios mientras tomaban vinos inéditos para su paladar nuevo. De lejos, puesto que el trabajo de campo del que hablan y que exhiben en sus párrafos curatoriales suele ser  apócrifo y solo parte del aparato personal de promoción en el mercado de la sublime compasión internacional que los condecora como "Artistas Heróicos del Conflicto Colombiano".


En este punto Jose Roca, haciéndose vocero del curatoriado politicista colombiano y del consumidor corporativo internacional, enlaza moralmente a sus interlocutores para que no se planteen

1. Si dichos artistas que no representaron el conflicto en sus obras, no lo hicieron intencionalmente y bajo los parámetros de una estética calculada, porque consideraban poco ético hacer una transacción económica para  beneficio propio, con una mercancía manchada con el dolor ajeno y la guerra (war profiteerism),  

2. Si representar el conflicto implica padecer personal y emocionalmente con el conflicto. Pero representar no implica padecer. La noción burguesa de representación de la guerra a la que asistimos suele ser confortable y decorativa en cuanto que debe ser mercadeable; el sufrimiento que se atribuye el artista es, las mas de las veces, calculadamente histrionico y no producto de un trabajo de campo en el que el artista se "moja" con la realidad.

3. Si dichos artistas, como el Vermeer que retrata Lawrence Weschler - "un artista heroico que pintó la serenidad en tiempo de guerra", pensaron que la mejor respuesta a la guerra era ofrecer al espectador mediante la obra, un momento de paz y de reconciliación con el Ser ( el "Onement" de Barnett Newman...) que le permitiera poder enfrentar las vicisitudes exteriores de la realidad con mas fuerza.

De esa unión entre Mercado del Arte Colombiano Regado por la Lluvia de la Guerra y el castigo legal histórico a esos otros artistas que (y este juicio mas que mezquino y policial, es abusivo ) "ni siquiera se mojaron con el tema", sale en Arco 2015 el libro oficial corporativo (Fusionarte) de la Historia Revisada del Arte Colombiano: "Colombia. 100 años. 100 artistas".

El libro agrupa a "los cien artistas más influyentes de la última centuria", co-seleccionados por María Wills - co-curadora de Arco 2015 y directora de Investigaciones de una galería privada. Colabora con ella Jaime Cerón, quien a su vez es curador corporativo de la Fundacion Misol. El libro es finalmente presentado por el mismo Jose Roca en la Sala VIP de Colombia en Arco. El texto corporativo historicista "Transpolitico" (JP. Morgan, Paralelo 10) de Roca hace parte del libro y por lo tanto de la probable metodología politicista con la que este esta armado.







Carolina Ponce de León - quien presentó en Arco 2015 el libro corporativo editado por Paralelo 10 y escrito por ella sobre el fotógrafo del conflicto Jesús Abad Colorado, "Mirar de la vida profunda"- es tal vez pionera ("El Efecto Mariposa: Ensayos sobre arte en Colombia, 1985-2000" (5)) en introducir categorías morales penalizantes para dividir el panorama artístico colombiano de una época. Hace, ya en 2005, una separación en términos de "responsabilidad" entre los artistas con supuestas preocupaciones sociales y los artistas de índole "mas bien comercial", obliterando el punto de que el "aura social" de la obra de arte era la esencia del nuevo tipo de ideología enclaustrada en la   mercancía ofrecida en el mercado internacional por los artistas "comprometidos con la realidad del país". 

Santiago Rueda, curador en Arco 2015 de la muestra "Autorretrato disfrazado de artista" (ya tocamos su caso particular en otro ensayo (6)), comienza a construir su litigio en 2009 cuando acusa, en ese caso, a los artistas "irresponsables" de los 80 de dedicarse a la experimentación transvanguardista y de no seguir

“las preocupaciones sociales y políticas que tanto eco tuvieron en la década anterior” (7)



3.

Tal y como vemos, esta Nueva Utopía del posconflicto, si tenemos la fortuna de llegar a ella, estará basada, en la politización monopólica de la Armonía Natural, el culto estético de la Naturaleza y la Biología corporativizada, para amortiguar - y sobre todo estetizar- los conflictos de clase que el posconflicto trae dramáticamente consigo.

Jose Ignacio Roca, con la propagación de su civitas botanica, apuesta ahora a resucitar los impulsos primigenios del biopoder del Romanticismo promoviendo una nueva Expedición Botánica Permanente. Un Leviatan Biopolitico se apodera del paisaje artistico:

"El arquitecto de formación cree que su trabajo es proponer un planteamiento que antes no existía (8). Roca ha proyectado una perspectiva del arte colombiano desde la relación entre botánica y política, geografía y tejido social. Como ejemplo, la muestra Tejedores de agua, que elaboró junto a Alejandro Martín, puede ser apreciada en el Conde Duque como parte de ARCO, que dedica este año a Colombia." (3)

También el culto a la Memoria como estetizacion del conflicto, después de anos de promoción desde las aulas posmodernas, se apoderara de lo que antes era la Historia, Como en todos los programas utópicos, la gran paradoja aquí es que un programa que tiene la Memoria - no la Historia - como bandera, se está esmerando en tratar de borrar de una manera revanchista, no solo el material histórico de todo lo que no pueda adornar su Shangri-La del Arte Político, Arte del Conflicto y Biopoder (ver todas las curadurias institucionales de arte colombiano desde 2009 o la nueva curaduría politicista - Rueda, Ponce de León, Borja - de la Colección Permanente del Banco de la República) sino que como en Foucault, se esmera con celo en borrar a la persona física del individuo "no comprometido"del panorama que el Estado vaya definiendo como "construcción de paz", De la"Construcción de Paz "partisana. De la "Construccion de Paz" en manos del Partido Principe de las Artes. Y eso aquí no es solo un termino administrativo y burocrático, sino sobre todo ideológico. Su función es permear, mediante el chantaje moral de que todos somos parte del ejercito pedagógico, la vida del individuo productor de cultura.

Lo que promueve la nueva paz del arte sans-culotte son ciudadanos con iniciativa cívica desde que se levantan hasta que se acuestan. El mismo acto de deponer debe ser cívico. La intervención total del Estado y las artes en la vida del individuo. Y: aquí llegamos al punto del papel que el Estado le encarga al arte en el posconflicto: ejercer de policía cultural sobre la vida estética privada del individuo con el fin de evitar distopias "acriticas".

Arte modernizante, arte abstracto, artes decorativas, moda, paisaje, bodegón, retratos de mascotas, arte erótico, desnudo, atardeceres - cultura No-Bachué en una palabra - y en general toda practica estética que tenga que ver con la interpretación personal de la belleza y el placer, buscara ser minimizada.

Nada contenido en estas listas anti-temáticas, no-curatoriables, no-bienalizables, no-feriables, no-museificables, no-escribibles, será considerado parte (aunque muchos ciudadanos hallen paz al ejecutarlas, transaccionarlas, verlas o construir su historia), del programa cívico jacobino para la cultura del posconflicto. El placer sera erradicado de nuestro castillo jacobino de la corrección política, a través del politicismo wahabista de nuestra intelligentsia local. La oficializacion del Arte Politico y el programa del Estado para el arte de un posible posconflicto son pues, el legado mas importante de Arco 2015.



                                                                       Valerie Leonard. The Grey Sisters. s.f


Ya el Ministro Carrillo lo anticipó en su discurso/manifiesto/plan quinquenal para las artes en la Casa de Lope de Vega: El Estado colombiano fomentará y financiará el Arte Politico, "critico" y que esté acorde con las exigencias del posconflicto. Debemos preocuparnos? O estar exultantes porque cobramos a manos llenas en la guerra y vamos a seguir cobrando con la paz y esa gran licitación de mil cabezas que va a ser la Corporación de la Memoria y el posconflicto. Mao ha llegado vestido con uniforme, boina hipster y una pulsera Wayuu. Y como dice para cerrar su discurso el embajador Carrillo, "tranquilos que esto apenas comienza!".

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Notas:

(1) Discurso del embajador Carrillo en la inauguración de "Desnaturalización". Casa Lope de Vega. Arco 2015.




(2) Ver "Abolir la Modernidad en la Aldea. Politicismo*, Purga Histórica y Bautizo Post-mortem."
http://esfera-publica.org/abolir-la-modernidad-del-tercer-mundo/

(3) “La violencia atravesó el arte colombiano como una nube negra”. Jose Roca en entrevista con Isabel Cuesta. El Pais, Febrero 27 de febrero de 2015

(4) Cumbre Mundial Arte y Cultura para la Paz. Invitados http://idartes.gov.co/index.php/cm-internacionales

(5)Carolina Ponce de Leon, El efecto mariposa: Ensayos sobre arte en Colombia, 1985-2000.
Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., 2005, 332 pgs.

(6) Abolir la Modernidad en la Aldea. Politicismo*, Purga Histórica y Bautizo Post-mortem. Mayo 26, 2010. http://esfera-publica.org/abolir-la-modernidad-del-tercer-mundo/

(7) Citado por Guillermo Vanegas en "Sobre una línea de polvo". Esfera Publica. 2010/05/20 http://esferapublica.org/nfblog/sobre-una-linea-de-polvo/

"Una posible expresión de rechazo contra la politización superficial y la militancia paternalista que despertaron buena parte de las propuestas artísticas de los años setenta. En los ochenta se dio una vertiginosa (y bobalicona) asimilación del postmodernismo en su versión más conservadora –llámese neoexpresionismo o transvanguardia- por parte de una generación de artistas especializados en el exterior, que retornó al país y determinó en gran medida que un amplio volumen de la producción artística contemporánea se decantara por la promoción de experimentaciones que repudiaban en su formulación “las preocupaciones sociales y políticas que tanto eco tuvieron en la década anterior."

(8) "The historicity of this correlation between capitalism and bio-power is hence the "contact between history and biology", in Foucault's own words (p. 186). The greater agricultural productivity set in motion in Western Europe during the beginning of the "classic age" had finally freed the Western Europeans from the constancy of death-threat posed by famine and epidemics3; these no longer loomed constantly above. Within this new space of prosperity and population growth Western men became conscious of the possibility of explicitly taking life (or rather its biological processes: production, consumption, and reproduction) into account, of explicitly calculating out policies and reorganizing institutions in order to enhance these processes. This is the "immediate" origin of bio-power. The "remote" origin of bio-power has to do with the European Interaction Sphere: The political context of Western Europe at the time reinforced this tendency toward explicit control and enhancement of life-processes. All European states were engaged in fierce competitions, internally with the Church and externally with one another, which pressured them to exact ever more power from their populations and natural geography (now scientifically objectified, calculated, quantified, and exploited to the maximum). The intensity of the competition within the European Interaction Sphere from 1500 onwards resulted in the internal consolidation of each state therein into a nation-state (with a higher level of metabolism) with bio-power, mass government and capitalism (industrial mass economy) as the form of metabolism peculiar to it that fuelled it with the larger amount of energy that it needed. This will be elaborated upon in the next chapter.


Lawrence C. Chin. A Thermodynamic Interpretation of History
CHAPTER 2: Foucault's Bio-Power: His Genealogy of Racism and Psychoanalysis. 2006. Link