Jun 10, 2007

Poesía: la fina nube que cubre el Abuso






"El fascismo no es más que la voluntad de eternizar el capitalismo."
                                                                                 Jérôme Maucourant Polanyi *
La fobia a la Modernidad no es otra cosa que anticipación a la decodificación.
Y es la poesía, bebiendo en el Heidegger que recurre a Hölderlin para encriptar sus últimos escritos –  "el lenguaje de la metafísica con ayuda del lenguaje poético de Hölderlin"-,  la que permite codificar y esconder las relaciones iimperceptiblemente perversas que unen al arte "contemporáneo" y  la ideología corporativa.
La función ocultadora de la poesía en beneficio de la ideología es bien conocida desde Platón, quien expulsa a los poetas de su República por "mentir, degenerar el Ser y ejecutar copias de segundo grado de las cosas".
Stephen Gosson en su "The School of Abuse" de 1579 condena a los poetas por "utilizar la fábula para contrabandear sus abusos y con suaves términos esconder sus procederes sospechosos y dispersar su veneno a través del mundo y ornamentar su engaño para poderlo vender sin sospecha"  y los llama "padres de las mentiras, interpretes de la vanidad y profesionales del abuso". A la poesía misma la llama, dada su naturaleza ocultadora,
                "La fina Nube que cubre su abuso" (A fit Cloude to couer their abuse)
"En 1626 Juan Lerín García, predicador y vicario del arzobispo de Aubrun, dio a la luz El bien y el Mal de las Ciencias Humanas, tratado manierista en el que, siguiendo cierta corriente negativa hacia el arte poética, se manifiesta contra las fábulas de los poetas y las doctrinas de los filósofos, utilizando para ello una erudición digna de elogio. Lerín rechaza la poesía porque, frente a la verdad buscada siempre en el Evangelio, su carácter ficcional la aparta de ella. Además, el empleo de recursos retóricos y de una forma depurada pueden embaucar al receptor, que al quedarse prendado de la elegancia verbal corre el riesgo de salir ayuno del mensaje." (1)
Para Gombrowicz el mundo de los versos es ficticio y falso. (2)
La función de la ideología es la de ocultar. Para  Marx, la ideología era la ocultación y el enmascaramiento de algún sistema económico-social, para una clase social dominante poder enmascarar u ocultar sus verdaderos propósitos.
Para M. Angenot  la función de la ideología es la de bloquear ciertos tipos de interrogación sobre los objetos y posee una "función inmanente de disimulación y de ocultación" (3).
Para Mannheim, las categorías ideológicas esconden la realidad subyacente en la verdad de las "relaciones de mercado, representaciones ilusorias y fantasmagóricas basadas en la ocultación¨ (4).
La ideología en el modo de producción capitalista implica básicamente, la ocultación y legitimación de las relaciones de dominio y explotación de clase. Su carácter de opacidad  tiene como fin el impedir la verificación del contenido social real de la práctica de mercado y de convalidar, legitimar y ocultar mediante el arte y la cultura, las leyes que rigen el funcionamiento del capitalismo corporativo.
La ideologia  utiliza la capacidad que tiene la poesia de ocultar las verdaderas raices de la ideología "contemporánea" cuales son básicamente los postulados de Nacionalidad, Identidad y Religiosidad Política que se arraigan en los principios fundadores del Fascismo, pero que el propio lenguaje poetizante baña lo suficiente – la poesía es el agua ritual que rebaja el fuerte sabor fascistizante de la ideología posmoderna y el arte "contemporáneo"- como para ser consumida de manera aparentemente inocua. La poesía  ayuda a dulcificar los postulados del sistema codificando las leyes del mercado en términos estéticos con el fin de reducir a un mínimo las fricciones originales de clase, tal y como según Benjamin pretendíó el fascismo en los años 30 en Alemania.
El discurso moderno por el contrario, está desde sus principios influenciado por la ciencia positiva y toda la Ilustración nace del nuevo horizonte inaugurado por la decodificación de las leyes físicas por Newton que, para bien o para mal, dicha Ilustración cree poder aplicar a todos los aspectos del conocimiento: desde el manejo del Estado por Hobbes hasta las novelas de Crébillon donde las sensaciones humanas juegan y chocan entre si como fenómenos dinámicos, idea que más tarde desembocará en las grandes obras de Duchamp en donde el amor y la seducción son fenómenos de fricción puramente mecánicos. Al ser la modernidad un sitema de decodificación de las leyes que rigen lo fenoménico, sobre todo del mercado y su manejo de la Responsabilidad Social Corporativa a través del arte, es el enemigo a borrar de la faz de la tierra. Hablar de la modernidad como algo que fué y ya no es más, es solo prender la luz cuando se percibe el horror que no deja de permanecer y que una vez vuelta la noche regresa obsesivamente.
No es en vano que por ejemplo Derrida,  – como el posmodernismo en general en su necesidad antimoderna de encriptar (esconder) las leyes que rigen el mercado mediante  la literatura y el arte como instrumentos mágicos y su fin del metadiscurso –   logra su célebre, inconfundible y agobiante estilo  adoptando, como Heidegger a Hölderlin, la manera críptica del poeta Paul Celán, (quien a su vez intentaba deconstruir la lengua alemana misma) y lo usa a la hora de desarrollar la teoría base de la "deconstrucción", que no más que una teoria de la 'voluntad de ocultación' que del campo literario salta al concepto del funcionamiento de las leyes del mercado y es el lenguaje que permitirá la supervivencia del maridaje incestuoso entre arte político y capitalismo corporativo.
Derrida  exalta lo ocultativo cuando define al poeta a través de Celan como "aquel que hace el pasaje con acontecimientos de escritura que dan un cuerpo nuevo a esta esencia de la lengua, que la hace aparecer en una obra. No quiero tomar esta palabra "obra" en un sentido fácil. ¿Qué es una obra? Crear una obra es dar un nuevo cuerpo a la lengua, dar a la lengua un cuerpo tal que esta verdad de la lengua aparezca allí como tal, aparezca y desaparezca, aparezca en retirada elíptica. Creo que Celan, desde este punto de vista, es un poeta ejemplar." (5)
La poesía de Celan suele ser asociada fundamentalmente con otros poetas como Rimbaud y Mallarmé  pero su ´voluntad de ocultación'¨proviene de sus estudios de la Cábala, el más antiguo y conocido sitema de encriptación lingüística. Celan, de origen judio, tuvo relación con Gershom Scholem, exégeta e historiador de los textos de la Cábala, a quien conoció, leyó y admiró.(6)
Según Werner Wögenbauer, hablando del poema de Celan "Los poetas de la Santa Vehma",  "se trata de un lenguaje creado por una conspiración de enemigos —una lengua pervertida, reptiliana y anfibia, un croar baboso que sale de las tripas; la «mano» y el «dedo», órganos del poeta, sólo producen ese esputo, un «mondongo» del horror (7)
Y es en Celan, como se ve
"Rampas de lanzamiento, obispos del ejército, Security risks,
lástima: vocablos sin aroma, no libres de impurezas de madera,
casi imposible montar con ellos la espuma dorada de la cantilena,
casi inservibles para trovadores.
Asfódelos
mucho mejor, Adormidera y metafísica, también orina
y cáncer de útero están a lo sumo autorizados,
si hay que ser modernos,
[…]
Y —sí—
los peleles de los poetas de la Santa Vehma
anfibabean y viborean y vituperan y visperean,
epistolean.
Verborrea de sapo, hecha
de tripas por manos y dedos, sobre la cual
el nombre de un profeta deja su huella,
alejado de la escritura, en forma de
escritura de señas postales y apostilla y postdata, bajo la
fecha del día del Nunca-jamás-un-hombre en septiembre .."
que Derrida encuentra los elementos para encriptar la Nada política posmoderna.
En la Cábala se da una gran importancia a la manipulación de letras y números, sobre todo a los que están involucrados en los nombres mediante los cuales Dios fabrica sus designios y que poseen, sobre todo si se combinan con las historias y las leyes de la Torah, poderes de tipo mágico. La manipùlación de éstos valores numéricos se denomina Gametría y las reglas de su combinación son ilimitadas. Moshe Idel nos recuerda que la frase "No hay nada fuera del texto" del mismo Derrida en su "Grammatologie" no es otra cosa que una versión del "no hay nada fuera de ella": la Torah (8), (9)
La intención de Emmanuel Lévinas de transformar la política en una especie de religión talmúdica  se estructura también desde la Cábala (10) escondiendo, a través de la ocultación críptica mediante la Poesía Obligante del Otro, si no ya las leyes que rigen el mercado mismo, si  los "objetivos" o "agenda" de la política, la ocultación de su inocuidad, la criptificación de la Nada Política y la total pasividad de acción hacia fuera de si, reemplazándola por una especie de rapto místico, chamánico y bíblico del artista poeta comprometido y solitario. La antipolítica o política de la inmovilidad que solo guarda de la Política su lenguaje crítico. heróico y de su movimiento la fase REM del sueño de la estética.
Es de las técnicas lingüísticas de encriptación originadas en la Cábala que nacen las máquinas de codificación de mensajes alemanas Enigma durante la Segunda Guerra Mundial y es también de la necesidad de decodificar dichos mensajes que nace el primer computador, el Colossus de Bletchley Park. Si tuvieramos que recurrir a una comparación de lo que sucede con la compulsión ocultativa de la poesía en favor de la ideológía del capitalismo contemporáneo no existe mejor ejemplo que el funcionamiento de la mítica máquina, su capacidad infinita de adaptación a cualquier tipo de decodificación y su  persistencia en la evasión del discurso lineal-racional moderno en favor del discurso "deconstructivo", mega-transitivo e hiperoblícuo de la posmodernidad. (11)
La poesía o criptografía posmoderna es, como la criptografía militar,  una batalla intelectual entre el diseñador del código y el descifrador.
El reto que afronta el diseñador del código, el filósofo poeta, el artista poeta, el artista comprometido, el artista político, es mezclar y enredar un mensaje de salida – las relaciones entre arte, mercado, crítica e ideología disfrazadas de sentimentalismo estético – hasta el punto en que no pueda ser descifrado en caso de que el enemigo – la Razón modernizante-  lo intercepte. Y aunque la cantidad de manipulación lingüística posible se ve limitada por la necesidad de despachar los mensajes de manera rápida y eficiente (inconsistencia conceptual) la fortaleza del código  es que el mensaje cifrado es sometido a varios niveles de codificación a una velocidad muy alta (modelos subliminales de publicidad basados en la repetición de palabras clave como "político", "conflicto", "social", "comunidad", "compromiso" etc.).
El reto para el descifrador, la Razón, la Modernidad nunca muerta y aun así recobrada, es tornar el mensaje interceptado y romper el código antes de que el contenido del mensaje se plante en el discurso cultural, que no pretende otra cosa que eternizar el capitalismo y sus raices a traves del arte.
http://carlossalazar.blogspot.com/
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*Jérôme Maucourant Polanyi es lector de Marx y Maestro de Conferencias de Ciencias
Económicas de la Universidad Jean Monnet de Saint-Étienne

(1) Ascensión Rivas Hernández. Resumen de Un alegato contra la Poesía 2001-2007. Universidad de la Rioja.
(2) "Les poètes n'ont pas encore compris que l'on ne peut parler de la poésie sur un ton poétique et c'est pourquoi leurs revues sont remplies de poétisations sur la poésie et que leurs tours de passe-passe verbaux et stériles nous horrifient. C'est à ces péchés mortels contre le style que les conduisent leur crainte de la réalité et le besoin d'affirmer à tout prix leur prestige. Il y a un aveuglement volontaire dans ce symbolisme volontaire où tombent, dès qu'il s'agit de leur art, des hommes par ailleurs fort intelligents-"
Witold Gombrowicz, La Havane, 1955.Contre les poètes, Editions Complexe, Bruxelles, 1988.

(3) M. Angenot .« Fonctions Narratives et Maximes Idéologiques », Orbis Litterarum (Kobenhavn), n° 33, pp. 95-100.
(4) K. Mannheim. Idéologie et Utopie. 1929
(5) Jacques Derrida. La Lengua no Pertenece. Entrevista con Évelyne Grossman. Esta entrevista fue publicada en la edición que el mensuario Europe consagró a Paul Celan (año 79, n° 861-862/enero-febrero 2001).Traducción de Ricardo Ibarlucía publicada en Diario de Poesía (nº 58, primavera 2001)
(6) John Felstiner. Judaism: A Quarterly Journal of Jewish Life and Thought. 9/22/1994.
(7) Werner Wögenbauer. El Compromiso de Celan  en http://www.revue-texto.net/Lettre/Wogerbauer_Celan-es.html
(8) Moshe Idel has argued that Jacque Derrida's now famous aphorism   "There is nothing outside the text," which in 1967 announced the collapse of the signifier-signified distinction, may actually derive from the Kabbalist, R. Menahem Recanti's dictum that there is nothing outside the Torah.  Recanti, writing in the early fourteenth century, held "All the sciences altogether are hinted at in the Torah, because there is nothing that is outside of Her…Therefore the Holy One, blessed be He, is nothing that is outside the Torah, and the Torah is nothing that is outside Him, and this is the reason why the sages of the Kabbalah said that the Holy One, blessed be He, is the Torah. En Drob Sanford. "The Doctrine of Coincidentia Oppositorum in Jewish Mysticism".   http://www.newkabbalah.com/CoincJewMyst.htm
(9)  Idel points out this passage was never translated and was unknown outside of Kabbalistic circles prior to its discussion by Gershom Scholem at the 1954 Eranos Conference in Ascona. At that time Scholem's comments and the passage itself were printed in English and French translations in the journal, Diogenes (Diogene). The French translation (1955-6) was made by the distinguished Judaic scholar Georges Vajda, and in French the translation reads "there is nothing outside her ( i.e. the Torah)." Idel holds that "the fact that this statement about the identity between the Torah and God was available in French in 1957 may account for the emergence of one of the most postmodern statements in literary criticism: There is nothing outside the text." Idel suggests that in the Grammatologie, which was first published in 1967, Derrida, who maintained a certain interest in the Kabbalah, "substituted the term and concept of Torah with that of text.
"Moshe Idel, Absorbing Perfections, New Haven: Yale University Press, 2002, p. 122) Idem

(10) "These signs–biblical verses, objects, persons, situations, rites–function as perfect signs: whatever the modifications that the passage of time introduces into their visible texture, they keep their privilege of revealing the same meanings or new aspects of these same meanings. They are thus irreplaceable, perfect, and, in a purely hermeneutical sense, sacred signs, sacred letters, sacred scriptures. Never does the meaning of these symbols fully dismiss the materiality of the symbols which suggest it. They always preserve some unexpected capacity for renewing this meaning. Never does the spirit dismiss the letter which revealed it. Quite the contrary, the spirit awakens new possibilities of suggestion in the letter."
Emmanuel Levinas, Nine Talmudic Readings, translated by Annette Aronowicz (Bloomington: Indiana University Press, 1990), p. 8.

(11) " La máquina Enigma consistía de un teclado conectado a una unidad de codificación. La unidad de codificación contenía tres rotores separados cuyas posiciones determinaban como sería codificada cada letra del teclado. Lo que hacía que el código Enigma fuera tan difícil de romper era la enorme cantidad de maneras en que la máquina se podía configurar. Primero, los tres rotores de la máquina se podían escoger de un grupo de cinco, y podían ser cambiados e intercambiados para confundir a los descifradores. Segundo, cada rotor podía ser ubicado en una de veintiséis diferentes. Esto quiere decir que la máquina se podía configurar en más de un millón de maneras. Además de las conmutaciones que permitían los rotores, las conexiones eléctricas de la parte posterior de la máquina podían ser cambiadas manualmente dando lugar a más 150 millones de millones de millones de posibles configuraciones. Para aumentar la seguridad aún más, la orientación de los tres rotores cambiaba continuamente, así que cada vez que se transmitía una letra la configuración de la máquina, y por lo tanto la codificación, cambiaban para la siguiente letra."
Simon Sinhg. Fermat´s Enigma. Knopf Publishing Group. 1998