Jul 12, 2009

Angulo vs. Opazo: La Pelea por la Custodia del "Otro"


Desde la aparición de la noción del “Otro”, una noción religiosa inocua e inofensiva que el capitalismo se inventó para reemplazar la amenazante noción de “clase”, – noción que amenazaba directamente su núcleo, la propiedad privada -, los artistas han luchado en sendas batallas por demostrar quien es verdaderamente su custodio, su dueño. Pero como llegado un punto en que el “Otro” se convirtió en el plato mas apetecido del banquete global del arte, ese cuerpo del “Otro” hubo de ser troceado en mil partes para que las fieras pudieran saciar al menos en parte su hambre. La batalla entre Muriel Angulo y Mario Opazo es una muestra de cuan valioso es el plato más caro en la escena del arte político contemporáneo. Y es el plato más valioso en cuanto que sus ingredientes, el artista héroe, la misericordia que habla como política… son los más apetecidos a la hora de cumplir con la obsesión del arte político: la estetización de los conflictos que amenazan constantemente a su madre el capitalismo. El artista se ha convertido en el distribuidor, en el dealer encargado por el capitalismo de dopar a esos grupos de “Otros” llamados “comunidades”, para neutralizar su capacidad de lucha en el terreno político práctico y lobotomizar su lucha.

Aqui, en Angulo vs. Opazo, Kramer vs. Kramer , tenemos un caso típico, el caso perfecto, el caso pedagógico.

“Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un hombre que antepone su trabajo a su familia. Su esposa Joanna (Meryl Streep) no resiste más esta situación y le abandona. Ted se ve ahora ante la necesidad de ocuparse de la casa y, sobre todo, de su pequeño hijo. Después de un tiempo, cuando Ted ya se desenvuelve bien solo, Joanna regresa y reclama la custodia del niño. Sin embargo, Ted no está dispuesto a separarse de su hijo, de manera que Joanna lleva el asunto ante los tribunales, donde deberá decidirse quién de los dos obtendrá la custodia del hijo.”

Por un lado tenemos a una artista, otrora pintora, que entendió que si quería sobrevivir en el mundo de arte debía convertirse en “artista social”; un caso que vemos repetirse cada día en todas partes de manera recurrente. Por el otro, un artista que invocando un supuesto pasado heróico de persecución por una dictadura, nos muestra su certificado nobiliario de víctima que le servirá de pasaporte diplomático ante el mundo curatorial y ante otras víctimas, pero sin ninguna prueba de que ello haya sido cierto. De nuevo como en el caso Hosie estamos al borde de lo apócrifo. Como en otros casos, cada vez más frecuentes y que ya hemos visto aquí, éste artista da por sentado que gracias al tono sentimental de su discurso propositivo,- una mezcla de sociologismo, turismo de investigación, royalty de víctima, prestigio docente, y amigos/cortesanos que cubren sus cuestionados actos -, sus motivos no pueden ni deben ser examinados.

Con su fárrago de “demostraciones” de derecho a la paternidad cada uno publicita su producto…¡Quién pidió pollo!…Y la discusión se convierte en lobby. Saben que hay más de un curador leyendo Esfera Pública. Y cada uno saca su mascota, porque eso es el “Otro” para el arte contemporáneo, una mascota adoptada, -en éste caso lo “árabe” es el pedigree-, e intenta demostrarle al jurado, al curatoriado, al mundo, que su mascota es más fina, más árabe pura sangre. Y es entonces cuando el sociologismo artístico se descubre como lo que es en verdad: mercadeo al desnudo.

¿Y qué pasará con ese “Otro” después del premio? ¿De los 50 millones y la exposición en Londres? Solo será un cuerpo inerte al que se le ha extraído la poca sangre que le quedaba, porque la función del “Otro” no es solo la de decorar el desierto. Es, como en el cuadro de Rousseau, la alternativa de los leones que buscan en el desierto su última oportunidad.


Debate Relacionado >Mario Opazo: Los Expulsados Del Reino De La Imaginación

Artículos relacionados >El Artista y el Otro: descifrando la fenomenología del abuso, El Artista Cortesano / Víctima


Jul 3, 2009

El Artista “crítico” como Mr. Ripley





El arte político colombiano es un mercado de mentiras conmovedoras. Muebles de anticuario que se venden como muebles de víctimas. Ropa y zapatos de las Pulgas que se venden como atuendo de víctimas. Artistas que se inventan un pasado familiar de lucha gaitanista y desplazamiento de violencia y machete. Trabajos de campo en zonas de conflicto que solo son un rumor creado al ritmo de una clase o una fiesta curatorial pero de los cuales no existe la más mínima prueba.

El Arte político colombiano es la apoteosis de la Recolección Apócrifa y la morralla plástica y cuenta con el hecho de que el mercado anglo, como lo suele llamar la cultura tropipop, nunca va a hacer el esfuerzo de comprobar si en realidad los objetos de la violencia lobotomizada por el Cubo Blanco son testigos del dolor y el abuso o son comprados en San Victorino. El mercado anglo no lo quiere saber como el junkie de William Burroughs no quiere saber que tan mortal es la heroína: es su religión. El terror estetizado es el vicio vernáculo del folklore anglosajón desde los celtas y nadie va a lograr quitarles esa jeringa. Ellos también son exóticos solo que nos han cargado el sambenito a nosotros. En el fondo son tribales y poseen gustos tribales aunque posean aviones robotizados que se manejan solos y amarizan si se les da la regalada gana sin avisarle al piloto. Y su fetichización política del arte lo es más que nada. Por eso no quieren pruebas. El mejor amigo de la mentira colectiva es el Tabú y es por eso que el artista político y sus procederes, aún si llegasen a ser una estafa del mercado, no deben ser examinados. El mercado de la cultura sostenido por tabúes tribales premodernos es el origen de la posmodernidad.

Asi, los artistas mas mediocres pero más astutos han comprendido que si quieren colmar su arribismo faústico deben arrastrarse lo más indignamente posible frente a la demanda de la gran Albión por más misericordia hipócrita y mas fantasias de rebelión infantilizadas. Críticos como Clayton Kirking, Marguerite Feitlowitz o Manuel Toledo han diseminado la información de que los objetos del arte político colombiano pertenecieron alguna vez a víctimas. Pero no quieren pruebas. Claro, han sido inoculados con informaciones que por su gran volumen emocional, la tinta del calamar, logran que nadie se atreva, so pena de ser señalado de fascista o envidioso, a comprobar si estamos asistiendo en verdad a un sistema de mentiras o en peor de los casos a una estafa.

Lo de Hosie pudiera bien haber sido una talentosísima acción artística sobre la falsa víctima, lo político apócrifo y lo proclive que es la sociedad del arte a inyectarse regularmente con dosis de misericordia evangélica.

Beatriz Gonzalez, la más grande artista viva en Colombia y la única artista política que nunca vio en ello una forma de lucro, no podía sustraerse porque es su naturaleza. Otra persona hubiera hecho de la carta un lingote de oro en Londres. Lo de Hosie era un excelente performance hasta que nos dimos cuenta que….¡era en serio!. Aprendió, con más aplicación que los demás artistas de exportación de Colombia, cómo habla un pobre, como habla un desplazado, como habla una lavandera. Aprendió el sollozo y lo presentó como un espectáculo mediático. Aprendió como se vende.

Nuestro artista crítico colombiano ya posee el poder suplantador del talentoso Mr. Ripley de Patricia Highsmith y con la inmunidad que le da su encanto de víctima se abre las puertas del gran mundo: “No es ni detective ni policía, sino un estafador que suplanta a sus víctimas,que no se somete a la moral establecida y crea sus propios valores. Al contrario que lo habitual, no es castigado ni atrapado por la policía e inicia un gran ascenso social.”

http://en.wikipedia.org/wiki/The_Talented_Mr._Ripley_(film)

May 1, 2009

Doris Salcedo contra el Statu Quo...¿Todavía?






A propósito de la charla de Doris Salcedo y a raíz de los 5 artículos aparecidos en Esfera Pública "La Crítica como Ritual: Las Grietas de Unilever" recibí múltiples llamadas y comunicados donde me preguntaban - me daban, mejor, cuerda como es usual en Colombia, la tierra de los tímidos - si no era un excelente momento para formularle a la artista algunas preguntas a ese respecto y mi respuesta fue: no asistiré porque es muy temprano; ya conozco sus formulaciones estéticas, y porque estoy seguro que no va a haber ronda de preguntas ni debate. Obviamente es tal el ascendente de la artista y el respeto que genera, que ninguno de mis interlocutores se atreve a salir del clóset respecto a ese tema.  Y en efecto, en la práctica, hubiera perdido el tiempo pues una de las condiciones de la charla fue el blindaje de la artista frente al auditorio. Las preguntas serían por escrito, filtradas por el anfitrión, Victor Laignelet, y no habría un debate de la artista enfrentando al público.
En cuanto al formato de la charla, en efecto no se ve nada nuevo. La serena presentación de Victor Laignelet comienza creando en la audiencia, mediante su lenguaje medio formal, medio estético, medio político (veleidad nueva en él), un clima de emoción contenida que gracias a lo modulado de su voz, sabemos jamás caerá en la vulgaridad de la arenga. Nos habla, como quien estrena en efecto conceptos 'políticos', de la tolerancia cultural y como era previsible, de la omnipresente Memoria. Del pensamiento crítico unido al inconsciente y a la poesía. Hasta que nos flecha con los dardos mágicos de Thor al revelarnos que estamos asistiendo a un espacio místico en el que residirá, por una hora, el geist anti-Statu Quo. La presentación se tiñe entonces como en los viejos tiempos, de  politikspiel. El arte contemporáneo 'se trata de desafiar al poder'. La misión que nos llama requiere de coraje, de riesgo. La destrucción es inevitable. Detrás del presentador parecen flotar los espíritus de un Walhala donde los guerreros recitan de memoria los textos de Carl Schmitt, Laclau y Mouffe, caros a la artista. Laignelet, como el pastor bautista, ha logrado crear el clima de entusiasmo adecuado, y el público se encuentra preparado para vivir a quien encarna ese geist prometéico que ha logrado robar, por y para todos nosotros, el fuego al Statu Quo.
Y no quedaremos decepcionados. El discurso de la artista será un verdadero decálogo en tono de letanía toráica; no tanto sobre lo que todo (palabra cara a la artista) artista debe hacer, sino de lo que todo artista debe decir para colmar las espectativas de la estética de mercado anglosajona de lo sublime. Por el tono hilado pero presuroso podríamos deducir que es un discurso aprendido según los puntos principales de la teoría posmoderna de lo político: no encontramos nada más allá de Rancière, Schmitt, Lévinas, Agamben y Mouffe. Tiene todas las características, quién lo creyera, de una letanía de obediencia. Todo modulado bajo esa cadencia de seguridad religiosa que nos advierte contra cuestionar la autoridad que el prestigio y el apoyo del mainstream burgués liberal le han dado. Es por eso que la comunidad artística en Colombia la cuestiona soterradamente y algunos sus miembros son los que llaman o escriben para que alguien, en nombre suyo, yo, Sir Gawain, lo haga. Tienen físico miedo. Algunos la envidian, otros la aman. Para otros como yo, mas allá de su vida o su obra, ella es solo el ejemplo que eventualmente puede echar por tierra la tesis infame de que existe un arte que está contra el Statu Quo y otro que no. Nada más que eso. Doris Salcedo es solo un caso en términos freudianos.
Pero no es extraño. Ese es el precio y el retorno, el feedback de las implicaciones de un trabajo prestigioso y la artista lo tiene que padecer. Y parte de ese prestigio viene de su tono, el tono con el que expone lo que ha aprendido y al que el mundo se expone, de nuevo, una vez más. Es el mismo discurso de su conocida entrevista con Charles Merewether de 1998. Así, más que una charla, un plato conceptual nuevo, el evento se convierte en una clínica, en un curso rápido de lo que el centro quiere oír de la periferia. Su disfrute estético de lo que es terrorífico y de lo que es el Otro como víctima (Burke). Presenciamos una vez más todos los lugares comunes del discurso de mercado del arte político corporativo. Entonces son previsibles en su exposición los pocos tópicos  a los cuales debe recurrir quien quiera seducir al mainstream, como la artista admirablemente lo ha hecho. Dichos tópicos son:
1.- El del artista héroe que se enfrenta a mil obstáculos a través de un sendero poblado de monstruos y que solo para él no es imposible de transitar. El artista recorre ese camino para acceder a la verdad y para mantenerse puro y virginal (Parsifal).
2.- La obra del artista debe estar, como la epopeya del héroe mítico, asimilada a la justicia y a la recomposición del mundo. (Hércules)
3.- El artista "reside en el corazón de la catástrofe" (sic). Recordemos que el gusto anglosajón por lo placentero que hay en  lo terrorífico  no es reciente y es el núcleo conceptual de su mercado:
"The Alps fill the mind with an agreeable kind of horror"Joseph Addison. Remarks on Several Parts of Italy. 1699.
4.- El artista héroe "vive con la guerra en las puertas de su residencia". (Aquiles)
5.- El artista héroe ya no pertenece a una clase social (Rancière), con los intereses que le incumben. Ahora es el vocero revisionista de una "comunidad" limitada, "invisible y residual" que le "encarga" ser su voz. (Herder, Grimm, Wagner, Tell, el héroe del cantón).
6.- Con el pretexto de la impermeabilización de lo "aurático", el artista héroe en su pureza (Parsifal) desarrolla su trabajo vicario sin tener contacto físico con la guerra o la víctima. El objetó artístico es, hasta que no se demuestre lo contrario, apócrifo. No sabemos si - como lo afirma la artista informando a sus curadores y coleccionistas en todo el mundo - los zapatos de "Atrabiliarios", las Camisas, los Cabellos etc. son de víctimas reales y si la artista realizó previamente un trabajo de campo con familiares de víctimas pues no conocemos testimonios fílmicos o grabados del hecho, o si simplemente los adquirió en anticuarios o salones de belleza. Pero el trazo forense de la proveniencia de los objetos o las 'entrevistas' con 'victimas' no necesariamente debe ser algo que tenga y por sobre todo que quiera saber el curador, el espectador, el museo, el coleccionista, o en general el mercado. Nadie que posea la reliquia de un santo se atreve a aventurarse por un camino de investigación forense, como sucede como los cadaveres de santos que pueblan las iglesias alemanas. La verdad dejaría a quien compro por una gran suma la reliquia, no solo huérfano del encantamiento del objeto mágico, sino enganado mercantilmente hablando. El objeto debe ser un pedazo, un menique del dolor, que produce a su propietario el goce de la "verdad".
Lo placentero en la contemplación del dolor, hábilmente escondido esta vez en el motivo político, tampoco es nuevo en la estética anglosajona que aprecia las reliquias de Salcedo:
"The passions which concern self-preservation turn mostly on pain or danger, and whatever is fitted in any way to excite the ideas of pain and danger, or operates in a manner analogous to terror, is a source of the sublime, and is productive of the strongest emotion which the mind is capable of feeling." Edmund Burke. Sublime and Beautiful. 1757
7.- El artista héroe oculta, con el fin de mantener su pureza virginal (Parsifal), los lazos que lo unen al mercado. Su cliente es la víctima, su reliquia es la voz de la victima. La venta por precios exorbitantes solo nace de la impotencia frente a los juegos de oferta y demanda de Leviatán.
8.- El artista héroe "vive peligrosamente". El arte ha tomado del deporte la noción de "extremo" y el artista se asimila a un nuevo tipo de héroe: el héroe televisivo extremo.
9.- El artista héroe, mediante la memoria, no solo habla de eventos traumaticos presentes y nacionales sino que hace suyos eventos traumáticos pasados y exteriores: Auschwitz, Guantánamo, Abu Grahib, Ruanda. Los mecanismos de expansión corporativa de mercado se ocultan tras la solidaridad estética con las victimas del mundo entero en todos los tiempos. El artista héroe entonces se internacionaliza convirtiéndose en héroe cosmopolita (Superman).
10.- El artista héroe es periférico: Salcedo, Jaar, etc.  o adoptado por la periferia (Sierra, Alys).
Siendo el arte contemporáneo una transferencia formal y conceptual del exotismo victoriano, la  misión del artista es exhibir al Otro, pero fundamentalmente exhibirse a si mismo como Otro. No ya en las vitrinas de un Jardín de Plantas sino en el Cubo Blanco. El pudor que acompañó una vez al artista de la modernidad ya no es posible. Puede no haber vencido todos los obstáculos en medio de su viaje épico pero venció el pudor poscolonial de exhibirse en la Feria Universal de Arte como un Otro auténtico, fresco y listo para llevar.


Como era de prever, la charla finaliza en medio de un ambiente casi militante que el presentador comenzó a crear y que la artista con su presencia isabelesca nunca dejó caer en lo proletario de un mitin cokney.
Una cascada atronadora de aplausos celebra los 42 minutos en que el Geist de la guerra contra el Statu Quo se apoderó del espacio místico político y bendijo a los fieles.
Y viene la ronda de preguntas. Pero he aquí que las preguntas, como dijimos, no las hace directamente el público. El presentador ha blindado a través de un filtro a la artista de cualquier pregunta que pudiera importunarle o amenazar el aura granítica de su presencia, y recibe las preguntas en papeles. No sabemos cuantas preguntas le fueron pasadas a Victor Laignelet, pero suponemos que las atesorara en los archivos que la universidad guardará de la charla. Las preguntas elegidas además tienen que ser respondidas en 14 minutos. A correr. No se puede perder el partido en el tiempo de descuento como le sucedió al Bayern contra el Manchester en la final de la Champions en el 99. Doble línea de cuatro y a defenderse.
Hay una pregunta sobre materiales animales, otra sobre la perdurabilidad, una más sobre la memoria, con una respuesta que nos recuerda de nuevo la misión vicaria del artista como chamán. Salcedo, percibiendo en el camino del entusiasmo que su  respuesta esta siendo levemente arrogante, la artista pedalea un poco para atrás y suaviza con un poco de agua de la humildad su envoi final. Victor elige en seguida una pregunta sobre la "ausencia de poder" (sic) que invita a la artista a evocar dubitativamente al "enemigo" de Carl Schmitt y a hablar de la bestialización humana. Algo asi.
En seguida es elegida una pregunta que ha tenido la fortuna de ser escogida por su candidez provinciana y que por esa misma razón eleva el aura heroica de la artista. "Y porque entonces no vive en Colombia, el Corazon de la Catastrofe?" Hey! Aguante ahí:
 ¡Salcedo vive en Colombia! ¡Eso es como vivir en el París ocupado de 1942! ¡Picasso no se fue! Tuvo que aguantarse ser importunado por los alemanes que le ofrecieron una lena que un español, obviamente, no necesitaba. 
Un murmullo como una cascada alpina de Addison retumba en la sala.
Una pregunta, mejor un parte de contrainteligencia universitaria, vuela acusando a un cierto artista de la universidad de tener consanguinidad paramilitar (sic). En su papel de vehículo de la convivencia, la artista - haciéndole el juego al cobarde anónimo -  le recomienda, con tono dubitativo, un libro al fugitivo. No los Salmos. La charla por un momento se tiñe de tribunal. La artista lo percibe y nos dice de pronto, anulando lo dicho, que no sabe la respuesta a tremendo conundrum juvenil.
Finalmente es sacado el papelito redentor de "si el arte es político". Algo que suena a banquete. La respuesta la da el alma de Chantal Mouffe en un ejercicio poco menos que espiritista. El arte es político porque o está contra el Status (sic) Quo y, existen dos clases de arte: uno que está contra el Status (sic) Quo y otro que está a favor del Status (sic) Quo etc.
Y de pronto, en ese punto, en la mejor parte, cuando ya podía surgir el debate sobre el arte contra el Statu Quo colaboracionista...se terminó el tiempo. Final, no va más. Hora de la merienda como en el Congreso. ¿Qué sucedió? ¿Qué pregunta tocó en ese momento las puertas del destino del preguntador? ¿Acaso alguna que preguntara a la artista en cual de las dos clases se ubica ella misma y su obra? ¿O si podría hacer una doble lista de quiénes a su modo de ver, schmittianamente, llenarían las listas "enemigas"?
Pero es cierto. Mejor así. Hay temas, como si el de la relación de la artista con Unilever, el mecenas con el pasado y presente más oscuro que corporación alguna pueda tener hoy en día y que financió su Grieta del Turbine Hall, la ubicaría en contra o a favor del Statu Quo. Desde los vínculos con los nazis que la artista no puede oír nombrar, http://www.newint.org/issue172/keynote.htm, hasta los vínculos con paramilitares y el arrasamiento de provincias enteras para sembrar palma aceitera en Indonesia o Borneo. Malos, pero  lejos... Eso, definitivamente merece algo más que un minuto y posiblemente el despertar de una Medusa que corre afanosa e indignada hacia la puerta del auditorio.
Y si. Tendrá que haber un momento en el que Doris tendrá que dar un debate a ese respecto sin los anillos de seguridad que le proveen su prestigio, su aura intimidante y el sistema institucional que la rodea y hablar a través de su ser real. La invitación es pública y queda hecha.


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La demagogia como estrategia publicitaria (en contra) del Statu QuoPrintE-mail

Relato de un site-specific

La política existe para debatir los problemas nacionales y para escoger entre soluciones alternativas. Pero la política colombiana parece hecha para evadir las discusiones de fondo y para esconder las salidas alternativas. Por eso la nuestra es una sociedad bloqueada, cuya historia política refleja pero no resuelve las enormes tensiones que padecemos.

(…) Nuestros políticos compiten sobre la base de dos grandes prácticas: el clientelismo y la demagogia. Una funciona porque en Colombia abunda la pobreza y la otra funciona porque en Colombia abunda la exclusión. Y sin embargo la pobreza y la exclusión no son objetos del debate político.

Hernando Gómez Buendía[1]

Carlos Salazar, en “Doris Salcedo contra el Statu Quo…¿todavía?”[2], narra cómo se dispone un eventoespectacular ante un numeroso público devoto a la construcción de una imagen institucional de cambio y esperanza, deflagrada con la presencia de la artista “política” de Colombia más representativa a nivel nacional e internacional —como bien podría oírse en boca de un presentador colombiano de televisión—.

Salazar destaca los siguientes aspectos del trabajo y la intención de Doris Salcedo, que entre otras cosas, no escandalizarían si no se propusieran más que desde su incidencia en el campo estético de la escultura, sin ninguna pretensión política:

1. El temor del colombiano a expresar públicamente su parecer de algo desproporcionado ante una figura de poder, por las represalias sociales que esto acarrea, develando un circuito enrarecido y medroso.
2. El polite tono, tanto de la charla amparada en un elenco de referentes teóricos que argumentan un discurso sobre lo político, como del presentador, de la invitada y hasta del clima que se logró entre el público.

3. Sentar el papel del artista “político” desde la psiquis del mismo —en cuanto héroe— más que como un agente detonador de posibilidades de transformación en un circuito/contexto dado.

4. Definir una obra “política” mediante la producción de objetos que, resultantes del análisis de una situación “representan una temática”; y en contravía a los intereses que se exponen, están pensados para circular en lo más convencional del circuito artístico, que se soporta en la idea de arte como mercancía, para finalmente robustecer contextos implicados en mecanismos de opresión y explotación.

5. Utilizar el circuito artístico como un medio que, en simbiosis con la obra, reafirma los contextos a los que dice querer antagonizar, más que como un sustrato que se pueda reinventar y contaminar, como estrategia antagónica al Statu Quo.

Revisando estos puntos, se evidencian dos variables con intenciones similares: “el evento y la artista”; ambas instrumentalizan la práctica artística disfrazada de un tono militante de salvación de clases oprimidas por sistemas dominantes, para terminar reforzándolos.

No hay que ser muy sagaz para entender los efectos políticos de la obra de ésta artista, que antes de resolver en alguna medida lo referente a las víctimas de la violencia por el conflicto colombiano, resuelve aspectos financieros de las partes que se involucran en su circulación; tampoco hace falta ser muy perspicaz para entender la intención institucional al realizar éste espectáculo, en aras de rezurcir una imagen deteriorada por abusos de poder, engaño y precarización. Es interesante la convergencia de dos intenciones con particularidades tan similares. Un perfecto site-specific.

“Hacer referencia”, “señalar”, “marcar”, “evocar” o “expresar”; así construye Salcedo su papel como artista, como se constata en el video institucional, que abre y cierra con la misma frase: ofrecer y dedicar “toda” su obra, a las víctimas del conflicto colombiano. Si hay intención política en esto, sería una forma romántica y sedentaria de intentar resolver en alguna medida un problema tan profundo, del cual algunos se lucran.

Parece ser que sigue asumiéndose una historia política que en una dinámica de la apariencia busca, en palabras de Gómez Buendía, “reflejar” pero no “resolver”.

Jimena Andrade.

Bogotá, Noviembre de 2009.



[1] Gómez Buendía, H. (2009). Un país bloqueado. Por qué en Colombia sale sobrando la política. [en línea]. Bogotá: Razón Pública. Disponible en: http://www.razonpublica.org.co/?p=1439 [2009, 6 de Marzo].

[2] Salazar, Carlos. (2009). Doris Salcedo contra el Statu Quo…¿todavía? [en línea]. Esfera Pública. Disponible en:http://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=951&Itemid=1 [2009, 7 de Octubre].


Doris Salcedo habla sobre su obra

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Audio de la conferencia de Doris Salcedo en el Auditorio Fabio Lozano de la Universidad Tadeo Lozano, inicia con unas palabras de Víctor Laignelet -Director del Programa de Bellas Artes- continúa Doris Salcedo y cierra con preguntas de los estudiantes, a quienes la artista dedicó esta conferencia sobre su obra.

(Se recomienda escuchar con audífonos)

Doris Salcedo, la Tadeo y la política

Para los miembros de la comunidad artística y universitaria de Bogotá es bien conocido que la Tadeo pasó por una profunda crisis institucional en los últimos años. Con la conferencia de Doris Salcedo se evidencian cambios positivos. Aunque Víctor Laignelet no cumple un año en la dirección de la facultad de Bellas Artes de la mencionada universidad, el clima de zozobra y el desacuerdo frontal con la gestión de sus directivas son cosa del pasado.

También queda claro que así el tema de lo político (según Mouffe y Ranciere) en el arte es cuestión de debate, se requiere de una actitud política para cambiar el estado de cosas. En este orden de ideas, el hecho mismo de que la artista -graduada de la Tadeo- decida aceptar la invitación a dar allí una conferencia, constituye a todas luces un gestopolítico que respalda los cambios impulsados por los miembros de esta comunidad académica.

Como lo señala Laignelet, esta revisión del programa está en curso y todavía falta mucho por hacer. De todas formas queda claro que cuenta con un amplio respaldo y un sólido capital político, pues además de lograr que su colega y amiga regresara al Alma Máter, demostró que las cosas están cambiando y van por buen camino.

Enhorabuena comunidad de la Tadeo!

Gabriel E. Merchán

Doris Salcedo contra el Statu Quo…¿todavía?

A propósito de la charla de Doris Salcedo y a raíz de los 5 artículos aparecidos en Esfera Pública “La Crítica como Ritual: Las Grietas de Unilever” recibí múltiples llamadas y comunicados donde me preguntaban (me daban, mejor, cuerda como es usual en Colombia, la tierra de los tímidos) si no era un excelente momento para formularle a la artista algunas preguntas a ese respecto y mi respuesta fue: no asistiré porque es muy temprano, ya conozco sus formulaciones estéticas y porque estoy seguro que no va a haber ronda de preguntas ni debate. Obviamente es tal el ascendente de la artista y el respeto que genera, que ninguno de mis interlocutores se atreve a salir del clóset respecto a ese tema. Y en efecto, en la práctica, hubiera perdido el tiempo pues una de las condiciones de la charla fue el blindaje de la artista frente al auditorio. Las preguntas serían por escrito, filtradas por el anfitrión y no habría un debate de la artista enfrentando al público.

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En cuanto al formato de la charla, en efecto no se ve nada nuevo. La serena presentación de Victor Laignelet comienza creando en la audiencia mediante su lenguaje medio formal, medio estético, medio político, un clima de emoción contenida que gracias a lo modulado de su voz, sabemos jamás caerá en la vulgaridad de la arenga. Nos habla, como quien estrena conceptos políticos, de la tolerancia cultural y como era previsible, de la memoria. Del pensamiento crítico unido al inconsciente y a la poesía. Hasta que nos flecha con los dardos mágicos de Thor al revelarnos que estamos asistiendo a un espacio místico en el que residirá, por una hora, el geist anti-Statu Quo. La presentación se tiñe entonces como en los viejos tiempos, de politikspiel. El arte contemporáneo se trata de desafiar al poder. La misión que nos llama requiere de coraje, de riesgo. La destrucción es inevitable. Detrás del presentador parecen flotar los espíritus de un Walhala donde los guerreros recitan de memoria los textos de Carl Schmitt, Laclau y Mouffe caros a la artista. Ha logrado crear el clima de entusiasmo adecuado y el público se encuentra preparado para vivir a quien encarna ese geist prometéico que ha logrado robar por todos nosotros el fuego al Statu Quo.

Y no quedaremos decepcionados. El discurso de la artista será un verdadero decálogo en tono de letanía toráica, no tanto de lo que un artista debe hacer, sino de lo que todo artista debe decir para colmar las espectativas de la estética de mercado anglosajona de lo sublime. Por el tono hilado pero presuroso podríamos deducir que es un discurso aprendido según los puntos principales de la teoría posmoderna de lo político: no encontramos nada más allá de Rancière, Schmitt, Lévinas, Agamben y Mouffe. Tiene todas las características, quién lo creyera, de un discurso de obediencia. Todo bajo esa cadencia de seguridad religiosa que nos advierte contra cuestionar la autoridad que el prestigio y el apoyo del mainstream burgués liberal le han dado. Es por eso que la comunidad artística en Colombia la cuestiona soterradamente y algunos de ellos son los que llaman o escriben para que alguien, en nombre suyo, lo haga. Tienen físico miedo. Algunos la envidian, otros la aman. Para otros como yo, mas allá de su vida o su obra, ella es solo el ejemplo que eventualmente puede echar por tierra la tesis infame de que existe un arte que está contra el Statu Quo y otro que no. Nada más que eso.

Pero no es extraño. Ese es el precio y el retorno, el feed back de las implicaciones de un trabajo prestigioso y la artista lo tiene que padecer. Y parte de ese prestigio viene de su tono, el tono con el que expone lo que ha aprendido y al que el mundo se expone, de nuevo, una vez más. Es el mismo discurso de su conocida entrevista con Charles Merewether de 1998. Así, más que una charla, un plato conceptual nuevo, el evento se convierte en una clínica, en un curso rápido de lo que el centro quiere oír de la periferia. Su disfrute estético de lo que es terrorífico y del Otro como víctima (Burke). Presenciamos una vez más todos los lugares comunes del discurso de mercado del arte político corporativo. Entonces son previsibles en su exposición los pocos tópicos a los cuales debe recurrir quien quiera seducir al mainstream como la artista admirablemente lo ha hecho:

1.- El del artista héroe que se enfrenta a mil obstáculos a través de un sendero poblado de monstruos y que solo para él no es imposible. El artista recorre ese camino para acceder a la verdad y para mantenerse puro y virginal (Parsifal).

2.- La obra del artista debe estar, como en la del héroe mítico, asimilada a la justicia y a la recomposición del mundo. (Hércules)

3.- El artista “reside” en el corazón de la catástrofe. Recordemos que el gusto anglosajón por lo placentero que hay en lo terrorífico no es reciente y es el núcleo conceptual de su mercado: “The Alps fill the mind with an agreeable kind of horror” Joseph Addison. 1699. Remarks on Several Parts of Italy

4.- El artista héroe “vive con la guerra en las puertas de su casa”. (Aquiles)

5.- El artista héroe ya no pertenece a una clase social (Rancière) con los intereses que le incumben. Ahora es el vocero revisionista de una “comunidad” limitada, “invisible y residual” que le “encarga” ser su voz. (Herder, Grimm, Wagner, Tell el héroe del cantón).

6.- Con el pretexto de la impermeabilización de lo “aurático”, el artista héroe en su pureza (Parsifal) desarrolla su trabajo vicario sin tener contacto físico con la guerra o la víctima. El objetó artístico podría ser apócrifo (no sabemos si realmente los zapatos de “Atrabiliarios” son de víctimas reales y si la artista realizó previamente un trabajo de campo con familiares de víctimas pues no conocemos pruebas de ello), pero eso no necesariamente debe ser algo que sepa el espectador o el mercado. El objeto debe ser un vehículo del dolor. Lo placentero en la contemplación del dolor, hábilmente escondido en el motivo político, tampoco es nuevo en la estética anglosajona:

“The passions which concern self-preservation turn mostly on pain or danger, and whatever is fitted in any way to excite the ideas of pain and danger, or operates in a manner analogous to terror, is a source of the sublime, and is productive of the strongest emotion which the mind is capable of feeling.” Edmund Burke. Sublime and Beautiful. 1757

7.- El artista héroe oculta, con el fin de mantener su pureza virginal (Parsifal), los lazos que lo unen al mercado. Su cliente es la víctima.

8.- El artista héroe “vive peligrosamente”. El arte ha tomado del deporte la noción de “extremo” y el artista se asimila a un nuevo tipo de héroe: el héroe televisivo extremo.

9.- El artista héroe, mediante la memoria, no solo habla por eventos presentes y nacionales sino que hace suyos eventos traumáticos del pasado y eventos exteriores (Auschwitz, Guantánamo, Abu Grahib, Ruanda). Los mecanismos de expansión corporativa de mercado se ocultan tras la solidaridad estética. El artista héroe se internacionaliza convirtiéndose en superhéroe.

10.- El artista héroe es periférico (Salcedo, Jaar) o adoptado por la periferia (Sierra). Siendo el arte contemporáneo una transferencia formal y conceptual del exotismo victoriano, la misión del artista es exhibir al Otro, pero fundamentalmente exhibirse a si mismo como Otro, no ya en las vitrinas de un Jardín de Plantas sino en el Cubo Blanco. El pudor que acompañó una vez al artista de la modernidad ya no es posible. Puede no haber vencido todos los obstáculos en medio de su viaje épico pero venció el pudor poscolonial de exhibirse como un Otro auténtico, fresco y listo para llevar.

Et cetéra(…)

Como era de prever, la charla finaliza en medio de un ambiente casi militante que el presentador comenzó a crear y que la artista elegantemente nunca dejó caer en el mitin. Una cascada atronadora de aplausos celebra los 42 minutos en que elGeist de la guerra contra el Statu Quo se apoderó del espacio místico político y bendijo a los fieles.

Y viene la ronda de preguntas. Pero he aquí que las preguntas, como dijimos, no las hace directamente el público. El presentador ha blindado a través de un filtro a la artista de cualquier pregunta que pudiera importunarle o amenazar el aura granítica de su presencia y recibe las preguntas en papeles. No sabemos cuantas preguntas le fueron pasadas a Victor Laignelet pero suponemos que las tiene en los archivos que la universidad guardará de la charla. Las preguntas elegidas además tienen que ser respondidas en 14 minutos. A correr. No se puede perder el partido en el tiempo de descuento como le sucedió al Bayern contra el Manchester en la final de la Champions en el 99. Doble línea de cuatro y a defenderse.

Hay una pregunta sobre materiales animales, otra sobre la perdurabilidad, una más sobre la memoria con una respuesta que nos recuerda de nuevo la misión vicaria del artista como chamán pero que percibiendo que es una respuesta levemente arrogante, la artista suaviza con un poco de agua de la humildad. Victor elige en seguida una pregunta sobre la “ausencia de poder” (sic) que invita a la artista a evocar dubitativamente al “enemigo” de Carl Schmitt y a hablar de la bestialización humana.

En seguida es elegida una pregunta que ha tenido la fortuna de ser escogida por su estupidez y que por esa misma razón eleva el aura heroica de la artista. ¡Ella vive en Colombia! ¡Eso es como vivir en el Paris ocupado de 1942! ¡Picasso no se fue !… Un murmullo como una cascada alpina de Addison retumba en la sala.

Una pregunta, cobarde por anónima,vuela acusando a un artista de la universidad de tener consanguinidad paramilitar. En su papel de vehículo la artista, haciéndole el juego al cobarde anónimo le recomienda, con tono dubitativo, un libro al acusado. La charla por un momento se tiñe de tribunal. La artista lo percibe y nos dice de pronto, anulando lo dicho, que no sabe la respuesta. Si pero no. No fue gol. Pegó en la raya.

Finalmente es sacado el papelito redentor de si el arte es político. La respuesta la da el alma de Chantal Mouffe en un ejercicio poco menos que espiritista. El arte es político porque está contra el Status (sic) Quo y existen dos clases de arte: uno que está contra el Status (sic) Quo y otro que está a favor del Status (sic) Quo.

Y de pronto, en ese punto, en la mejor parte, cuando ya podía surgir el debate sobre el arte colaboracionista…se terminó el tiempo. Final, no va más. Hora de la merienda como en el congreso. ¿Qué sucedió? ¿Qué pregunta tocó en ese momento las puertas del destino del preguntador? ¿Acaso alguna que preguntara a la artista en cual de las dos clases se ubica ella misma y su obra? ¿O si podría hacer una doble lista de quiénes a su modo de ver, schmittianamente, llenarían las listas “enemigas”?

Pero es cierto. Mejor así. Hay temas, como si el de la relación de la artista con Unilever, el mecenas con el pasado y presente más oscuro que corporación alguna pueda tener hoy en día y que financió su Grieta del Turbine Hall, la ubicaría en contra o a favor del Statu Quo. Desde sus vínculos con los nazis que la artista no puede oír nombrar,http://www.newint.org/issue172/keynote.htm, hasta sus vinculos con paramilitares y el arrasamiento de provincias enteras para sembrar palma aceitera en Indonesia o Borneo. Son malos pero lejos… Eso, definitivamente merece algo más que un minuto y posiblemente el despertar de una Medusa que corre afanosa e indignada hacia la puerta del auditorio.

Y si. Tendrá que haber un momento en el que Doris tendrá que dar un debate a ese respecto sin los anillos de seguridad que le proveen su prestigio, su aura intimidante y el sistema institucional que la rodea y hablar a través de su ser real. La invitación es pública y queda hecha.

Carlos Salazar

La Crítica como Ritual. Las Grietas de Unilever. 5 partes en http://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=category&sectionid=5&id=44&Itemid=79

El Milenarismo de Doris Salcedo: sus debilidades teóricas

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Durante los años sesentas del siglo XX, algunos artistas anglosajones lograron crear e imponer las condiciones teóricas y prácticas del devenir del pensamiento artístico; su pensamiento constituyó el gusto de la época, la nuestra, la que hemos articulado bajo la denominación Arte Contemporáneo. Éste fue su gran mérito. Doris Salcedo emula esta manera de concebir el despliegue de las prácticas artistas en una sociedad; su charla con los estudiantes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, su casa, evidencian esta manera de pensar. Contrario a lo manifestado en la respuesta a la última pregunta que le fue planteada por el auditorio, la introducción teórica previa a la presentación de sus obras más importantes determina su interpretación, así el manejo de los conceptos sea ambiguo e impreciso. En este orden de ideas fue mucho más interesante el momento de presentación de su obra que aquel dedicado a exponer un marco teórico innecesario.

La ovación académica llama la atención de quien no se afana-por o ufana de ser actual, de quien no tiene prisa por entregarse al aplauso generalizado. El observador inactual supone que se trataron asuntos importantes, desea esclarecer este conocimiento y se pone a la sombra del aplauso, pues, le preocupa el unanimismo académico, los ¡bravo! operáticos. Tampoco duda de los aportes de Salcedo al escenario plástico internacional, no digo que al nacional porque, a diferencia del pensamiento unanimista, no creo que la pregunta que le fue formulada respecto a si vivía en Colombia o hablaba a través de citas o intermediarios, haya sido ingenua, mucho menos estúpida. Al contrario, es la menos pobre de las preguntas que le fueron formuladas, y quizá la responsabilidad no sea sólo de los estudiantes. La pregunta que suscitó sonrisas falsamente comprensivas, nos sirve para pensar qué es vivir en Colombia. Yo creo que a eso apuntaba la pregunta, es cierto, quizá de manera no explicita. Vivir es estar con otros, es habitarlos, es dialogarlos, es donar presencia. Quien formuló la pregunta tenía la percepción de que Salcedo no vive en Colombia, porque no tenía evidencia de que habitara nuestro país, porque con seguridad siempre encontró su nombre asociado a Londres o a otra capital coleccionista, nunca asociado a un evento artístico nacional. Salcedo ha dado un primer paso para demostrar que vive en Colombia, para reconfigurar en el imaginario plástico de nuestro país su ausencia en nuestro medio. El siguiente será mostrar su obra a todas esas víctimas de guerra que tanto le interesan. Salcedo habla de que el arte es paradójico. No le falta razón. Afirma que su obra va dirigida a las víctimas de guerra, pero que, no obstante, en el camino de obstáculos del que habla, en ese olvidarse de sí mismo que recoge de Celán, se desvía y la dirige hacia los museos de los victimarios. Esta es una tensión de la cual no habló la artista.

Pensar artísticamente bajo el predominio previo de un conjunto de ideas y teorías corre el riesgo de desplazar la práctica artística en favor de la práctica discursiva. Ésto no es un problema, es una posibilidad de pensar que abrieron los artistas arriba mencionados. No obstante, al asumir esta práctica se incorporan dinámicas y estrategias discursivas que le exigen claridad argumentativa al artista. No es el caso, cuando el pensamiento opta por el énfasis plástico, por lo poético. El pensamiento del artista se articula en metáforas, principalmente. Lo poético no se explica, no puede haber explicación de una metáfora viva, asunto que tiene claro Salcedo. Pienso ahora en la instalación de Rafael Gómezbarros en la Galería Alonso Garcés. En sus estudios sobre las violencias, las teorías estorban, así sean mínimas. Con su consentimiento, hasta con complicidad, las obras de Salcedo han sido sometidas a explicaciones que depotencian su pensamiento.

doris-salcedo-en-estambul2

Salcedo planteó que su obra gira en torno a lo inhumano, que la violencia política ánima su pensamiento, que esta situación motiva las metáforas que construye. No ha pensado que esta construcción es imposible, así todos y todas la repitamos. Relacionar la política con la violencia es imposible, como igual de monstruoso es exigirle eficacia pragmática a la poesía. Para justificar esta idea de lo inhumano como objeto de su trabajo artístico, antes ya había citado las reflexiones de Paul Celán en torno al poeta Georg Büchner: el artista debe ser como una cabeza de medusa para atraer y atrapar, para elaborar y congelar el instante en que acontece la belleza y reunir a la gente en torno a ella. Celán considera esta actividad inhumana porque trasciende las posibilidades que tenemos los seres humanos, estas destrezas vuelven inhumanos a los artistas. Muestra que los artistas tienen la posibilidad de retener lo que a los demás mortales, víctimas de una u otra manera de las otras guerras del capital de las que pocos artistas hablan, nos pasa por desapercibido o se nos escapa. Los artistas logran lo imposible: reunir en torno a su pensamiento lo que es inreunible: hombres y mujeres ansiosos de animalidad, de geografía, babeantes de crueldad.

Las experiencias de guerra son una preocupación constante en el pensamiento de Salcedo. La guerra disemina, nos vuelve traidores de la belleza, de la posibilidad de habitar con otros, de hacer presencia real con otros. Sus obras parten de los testimonios de las víctimas, bajo la reserva de que deben dejar intacta a la víctima. No hay riesgo de contagio. Como médico social, su obra señala un mal, no pretende hablar con las víctimas. La artista construye su argumento con base en una idea de Levinás: la víctima no sólo es colaborador y vecino de nuestro trabajo de expresión cultural, o cliente de nuestra producción artística, sino que es nuestro interlocutor. La víctima es aquel a quien la expresión expresa, y a quien la celebración celebra, y es tanto el término de esta orientación, como su significación. La cita de Levinás contradice la idea de que hay que dejar intacta la víctima. Si la víctima es nuestro interlocutor y si interlocutar es dialogar, si dialogar es la posibilidad de transformarnos a través de la conversación, y si Levinás tiene razón cuando afirma que la persona que expresa el artista es sentido, entonces, la víctima se transforma tanto como nos transformamos nosotros, sus interlocutores. Otra cosa es interrogarnos sobre si Levinas tiene razón: ¿es legítimo considerar como nuestro interlocutor a una víctima que ha pasado por todo tipo de violencias? ¿Su fragilidad física o psicológica no lo vuelve vulnerable ante el asedio del artista solidario obsesionado con sacar el sufrimiento privado al campo público?

doris-salcedo-en-estambul3Salcedo habló mucho del arte como acontecimiento; la topografía de guerra llevada a la Bienal de Estambul en 2003 fue construida con base en acontecimientos históricos reales. La respuesta lúcida que dio a la pregunta sobre qué le diría a la hija de un paramilitar que estudia artes, nos hace presuponer que Salcedo está enterada de que el acontecimiento es un término presente en muchos teóricos contemporáneos. No obstante, no fue claro su manejo en la charla. Salcedo manifiesta que su obra recoge experiencias evanescentes que se relacionan sustancialmente con acontecimientos pasados. Paso seguido afirma que la obra de arte se ocupa precisamente de aquello que no es un acontecimiento, que la obra señala un acontecimiento. Distingue, pues, entre ocuparse-de y señalar. Sin mucha consistencia afirma que ella señala, quizá para dejar intacta a la víctima, para no correr el riesgo de identificarse con ella, o para evitar una interlocución moralmente difícil.

Mi obra –afirma– no cuenta o narra un acontecimiento, no relata una historia, no es la narración nostálgica de acontecimientos pasados. Señala la ausencia de lo vivido, se aparta de la singularidad de una experiencia vivida, pero al hacerlo borra dicha experiencia para convertirse, en lo que de nuevo Celán llama “un momento lírico de lo que está distante en otro lugar, de lo que nos es ajeno, un recordatorio de la presencia de lo extraño en nuestro presente, en un vano intento por mitigar la intolerancia”. ¿Borrar la experiencia de la víctima para convertirla en un momento lírico? Entendemos que Salcedo no hace mímesis de su objeto de interés, que tiene claro que el pensamiento artístico se despliega por medio de metáforas, que a la experiencia de la víctima sólo se puede llegar a través de la plástica, pero hablar de borrar la experiencia de la víctima es una idea que gobierna todo pensamiento totalitario, y ella definitivamente no lo es. Sólo ha seguido a un autor que la ha confundido.

No es elegante ensañarse más de lo necesario en un texto que no hace justicia al trabajo de Doris Salcedo ampliamente reconocido por la juventud colombiana, pero sí es importante hacer notar que los artistas dicen ya suficiente con su obra plástica. Y ella lo reconoce al final de su charla, cuando reconoce que la crítica de arte y las curadurías son más apropiadas para orientar la comprensión de las metáforas de los artistas que el ejercicio explicativo que realizan algunos artistas, así sea legítimo. Estoy seguro de que los asistentes querían escuchar algo más personal de la artista que los cautiva. Las muletas teóricas saben dónde encontrarlas, cuando las necesitan, y en gran variedad. En este aspecto, la academia contemporánea no ha sido mezquina, consciente del agotamiento por el que pasamos. Tampoco lo fue Salcedo y esto perjudicó su charla, así la ovación final nos haga creer lo contrario.

Me uno a las felicitaciones dadas a Jaime Iregui por difundir por Esfera Pública esta charla. De otra manera no nos abríamos enterado de la sustancia del evento.

Jorge Peñuela



Apr 2, 2009

Antihegemonismo a la Carta

He aquí 6 variaciones sobre un fragmento del filme situacionista ‘La Dialectique peut-elle Casser des Briques?’ (¿Puede la Dialéctica romper ladrillos?) de René Viénet de 1973. Viénet compró un viejo film de samurais,”The Crush”, y lo dobló introduciendo diálogos y citas propias del situacionismo. La lucha épica en el film original se desarrolla entre combatientes de Taekwondo coreano e invasores japoneses, pero Viénet lo cambia, a través de la suplantación del sonido, en la lucha del proletariado, que solo posee la libertad de trabajar, contra los burócratas del Partido encargados de administrar la economía dentro del socialismo.

Estas variaciones aluden al proceso mediante el cual una palabra con tal contenido emocional e impacto sonoro como “Antihegemónico” son el condimento que todo el mundo y todas las facciones quieren poner al cocido que ofrecen. Hay muchas otras palabras espectaculares como fuego de artificio: Urgente…Emergencia…Dignificación o Desasosiego, pero la que suena en la Colección Primavera Verano es “antihegemónico”.

Es recomendable desde luego ver el video y luego de ver las 6 variaciones inventarse la propia. Al ser una historia que sintetiza la dinámica del Poder, sus combinaciones son infinitas, incluida una que alude a la Bienal de la Habana donde dos poderes hegemónicos que se declaran anti-hegemónicos como son el Estado y el Arte Político, se enfrentan por su imagen de mercado ante el mundo.

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Variación 1.

Varias personas ajenas a la cultura cubana, encabezadas por una ‘disidente’ profesional fabricada por el poderoso grupo mediático PRISA, al servicio de la maquinaria propagandística anticubana, aprovechan un performance de la artista Tania Bruguera para realizar una provocación contra la Revolución Cubana, encarnada ésta en el paladín protagonista. El infame grupo está comandado por Yoani Sánchez, autora del blog Generación, acompañada de otros blogueros, entre ellos Claudia Cadelo (Octavo Cerco), y también a artistas, curadores, coleccionistas e invitados extranjeros que acuden a la acción plástica como parte del programa de la super antihegemónica X Bienal de la Habana. Encuentran a una artista pionera con cara de paloma y fiel a la Revolución y la acosan para que hable un minuto ante el Tribunal del Arte contra la hegemonía antihegemónica del régimen.

Variación 2.

Los burócratas hegemónicos del Arte Social antihegemónico persiguen a una bella pintora de bodegones y paisajes y la acosan hasta la puerta de su casa no sin antes intimidarla con gestos hegemónicos lúbricos y luego se dirigen en búsqueda de un pintor abstracto neomoderno admirador de Motherwell y Chamberlain para llevarlo a un Tribunal del Pueblo con objeto de ser juzgado por su indiferencia hacia los problemas sociales de su país y las nulas alusiones en su trabajo al carácter nacional e identitario que debe tener el arte antihegemónico y comprometido del cual ellos, poseyendo su hegemonía, son los paladines y difusores.

Variación 3.

Las antihegemónicas autoridades cubanas, habiendo llevado a cabo las profecías de Charles Bettelheim sobre el cáncer del Economicismo en el Socialismo, la subsecuente transformación del partido bolchevique en una nueva burguesía de Estado y la transformación de las corporaciones capitalistas en Monopolio capitalista de Estado, persiguen con sus miradas diabólicas a una un poco pasada de kilos pero hermosa artista del performance quien a través de su encanto personal y una calculada dosis de espectáculo mediático antihegemónico, aceita los engranajes de su mercado en ascensión en época de crisis, con el aplauso de los mecenas de pasado oscuro y presente humanitario con los que tiene cita en pocos días en Basel o Venecia y a donde llegará con una nueva medalla moral en su currículum. Sus precios subirán al menos 10% gracias a tan valiente acto. Luego siguen tras un oscuro pintor que guarda en su casa fotocopias desteñidas de “La lucha de Clases en la URSS” del citado Bettelheim y de basura anarquista reaccionaria tipo Kropotkin, Bakunin y Lautréamont.

Variacion 4.

Un grupo de burócratas y coleccionistas de un páis andino que alternan en las paredes de su casa los caballos y las mariposas con objetos de arte recolectados entre víctimas de la guerra y vírgenes coloniales, después de haber hecho lobby con un embajador en ultramar en un juego perverso y calculado, lo incitan a financiar una exposición de arte antihegemónico de cuyos integrantes poseen obra. La exposición se realiza en el pueblo natal de Shakespeare en medio de la campiña inglesa. Posteriormente persiguen a una bella artista que no fue a sus fiestas tropipop y denuncian a uno de los artistas de la antihegemónica muestra por haber traicionado la imagen antihegemónica del país para luego llevarlo a un Tribunal del Pueblo Antihegemónico que termina absolviéndolo debido a su aura de vulnerabilidad de artista en asuntos legales. Los precios de los caballos, las mariposas y los objetos de las víctimas se valorizan con el escándalo.

Variación 5.

La CPBCP, Corporacíon de Pintores Brutos como un Pintor, tras una antihegemónica y bohemia fiesta teñida de boleros, aguardiente y Cannaabis Indica, persigue a una artista contemporánea de gran belleza y la acosan con sus gestos báquicos. Luego se dirigen a la cacería de un artista conceptual. En su casa encuentran libros de Duchamp, la colección completa de Esfera Pública, algunos ejemplares de Artforum, Frieze y October y lo llevan a un Tribunal Popular por estafador.

Variación 6.

Un grupo de curadores antihegemónicos encargados de cualquier evento para el cual han sido comisionados por el Estado hegemónico y quienes a través de un lapso de 20 años han logrado pulir una serie de preguntas sobre si el Arte tiene un poder antihegemónico llegan a una provincia remota con el fin de recolectar testimonios periféricos de que sus tesis de que la liberación del pueblo pasa ya no por la conciencia de clase, sino por la conciencia de la identidad cultural y se encuentran con una bella admiradora de la pintura de Renoir de quien posee un almanaque de 1978 y es coleccionista de recortes de Barbies no étnicas. La acosan con sus caras libidinosas y autoritarias y prosiguen su camino hasta encontrar un escultor empírico de tapires. Los conducen a los dos al Tribunal del Pueblo de la Alienación Cultural del Buen Gusto comprometido.

Variación 7.

Un grupo antihegemónico de…..

Carlos Salazar

Fragmentos de ‘La dialectique peut-elle casser des briques?’ (René Viénet, 1973)

Mar 22, 2009

Jaar-Dokolo: Algo está podrido en el estado del arte


"Something is rotten in the state of Denmark"
HamletAct I, Scene 4.

"Pienso que todos sabemos que existen dos culturas dentro de la cultura.
Una es la cultura en la que la clase dominante, la clase reaccionaria, presiona
para paralizar el desarrollo social del hombre en un esfuerzo por tener a
toda la sociedad identificada con ella y para que sirva a sus propios intereses.
Ésta clase banaliza, revuelve, distorsiona y simplifica la vida. Lo llaman
estilización. Por ésta vía crean un producto, un estilo que domina los medios
de comunicación de masas y ahora también las artes en todas sus
manifestaciones"
Ana Mendieta. Palabras pronunciadas el 18 de febrero de 1982 en el
New Museum of Contemporary Art, New York. *

La Colección de Arte Contemporáneo Sindika Dokolo, basada en Luanda, Angola, fue seleccionada en medio de protestas por Robert Storr para representar a África en la 52 Bienal de Venecia en 2007. La colección incluye unas 600 obras de artistas africanos e internacionales como Barceló, Marlene Dumas y Alfredo Jaar quien está como es de esperarse representado por obras producto de sus peripecias por el "african slum"(1). Doloko, como Jaar cuando intenta justificar la operación de vampirización estética que ejerció en Ruanda, alude a que la presentación de su colección tiene como fin la "dignificación" de sus protagonistas, el pueblo africano (2), pueblo al que parece no haber dignificado a cabalidad en la práctica. Veamos.

El padre de Dokolo fundó en 1969, bajo el régimen de Mobutu el Banco de Kinshasa que estafó en más de 80 millones de dólares al estado angoleño y a una multitud de pequeños inversores pobres tras desviar sus activos en forma de préstamos fraudulentos hacia las sociedades familiares del grupo Dokolo, que posteriormente fueron incapaces de reembolsar, situación que finalmente derivó en el colapso del banco en 1986 y dejó a sus clientes pobres en la ruina, siguiendo a esto el embargo de los bienes de Dokolo. Los herederos de Dokolo, incluido Sindika Dokolo han tratado de agitar todas las esferas de influencia política para reclamar de manera ilícita la propiedad de los bienes inmuebles embargados a su padre por lo cual han sido acusados por el liquidador del proceso, Mupepe Lebo, de usar procedimientos de "carácter mafioso". http://www.laconscience.com/article.php?id_article=4730

Dokolo es copropietario de la Trienal de Luanda siendo el otro copropietario Fernando Alvim, empleado suyo, director y compravendedor de la misma Fundación Sindika Dokolo y quien a su vez tiene innumerables relaciones con el medio inmobiliario de Luanda, el mejor cliente para su stock estético. Casi sobra anotar que para Alvim las acusaciones hechas en Venecia contra su patrón no tienen fundamento y busca su licencia moral en la verborrea clásica, infantil y ya ya más que aburrida del artista abusador sorprendido (Habacuc, Sierra y ad nauseam) que se auto absuelve acusando a terceros y al que además, dado su peligroso compromiso, los mortales le quedamos debiendo
Respuesta de Alvim: “Si hablamos de ética, muchos deberían sentirse avergonzados: Italia y EE UU, que atacaron Irak sin justificación; la banca, los propietarios de la mayor parte de las obras de arte, con sus inversiones poco fiables; y los grandes coleccionistas con sus misteriosos medios materiales. Dejemos la ética a un lado y dediquémonos en exclusiva a los proyectos artísticos. Por primera vez surge un proyecto totalmente africano, gestionado y financiado por africanos en África.”

A lo que añadía su co-curador para terminar de decorar el pastel

“No sólo es un proyecto cultural, sino también una afirmación política”, añadió Simon Njami. http://www.acp-eucourier.info/Africa-en-Venecia.132.0.html?&L=1

Alvim insiste constantemente en que su labor en la dirección de la colección es parte de una estrategia "mouffiana" de diseminación de conciencia política e ideología de usurpación anticapitalista. Fernando Alvim e Check List: intervista sul Padiglione dell'Africa alla Biennale di Venezia. http://io.pensa.it/node/1636
Sindika Dokolo está, además, casado con Isabel dos Santos, hija de Jose Eduardo Dos Santos actual presidente de Angola:

"La figura más conspicua de la corrupción en Angola es Isabel dos Santos, una de las hijas del presidente, a cargo de "los negocios" de la familia, mientras que como heredero político para la sucesión se perfila su hermano José Filomeno, conocido por "Zenu".

Isabel, de 34 años, está casada con el millonario congolés Sindica Dokolo, quien mantiene grandes influencias en la República Democrática del Congo (RDC). De esta manera, los hombres de negocios interesados pueden "invertir" en los dos países.
Isabel comenzó a despuntar en los años noventa, después de su regreso de Londres, donde vivía en compañía de su madre, la soviética Tatiana Kukanova. La hija del presidente es graduada de ingeniería electrónica. Su primer negocio le fue adjudicado de manera inmediata a una empresa que ella fundó, Urbana 2000. De un momento para otro, le fue retirada a la Empresa Estatal de Limpieza y Saneamiento de Luanda (Elisal) la licencia de la recogida de basura, que pasó a ser controlada por ella.
Su carrera fulgurante la llevó después al lucrativo negocio de los diamantes, a través de la empresa Tais, con intereses de capitales suizos, que compraba las piedras preciosas a los llamados "garimpeiros", personas que no tenían licencia oficial para la búsqueda pero disfrutaban de una especie de patente de corso, ya que trabajaban para la hija del presidente."http://www.latinamericanstudies.org/cuba/angola-morir.htm

La esposa de Dokolo participa en numerosos negocios del estado, principalmente el monopolio de diamantes, actividad que encierra una interminable lista de violaciones a los derechos humanos en la región de Lundas y que incluye asesinatos, torturas y secuestros. Es de anotar que el gobierno de Dos Santos, su padre, implantó leyes que prohiben el traslado de personas dentro de la región si el traslado no está relacionado con el mercado de diamantes, legitimando así el trabajo forzado. http://www.niza.nl/docs/200503141357095990.pdf

Alfredo Jaar quíen presentó en la Bienal su obra Muxima (2005) como parte de la Colección (3) no se ha manifestado nunca en contra de Dokolo, como si lo hizo el artista camerunés Barthelemy Toguo quien rechazó la invitación de la Bienal:

"Under no circumstances whatever should my name be associated with that of Sindika Dokolo or the collection that he has put together over the years,"

"I respect all of the artists whose work figures in that collection, but I don't want to have anything to do with it."http://www.artnet.com/magazineus/news/artnetnews/artnetnews5-18-07.asp
No hay que olvidar que en el website de Jaar lo primero que vemos es un fragmento del poema de William Carlos Williams "Asphodel, That Greeny Flower" que suponemos es el texto que da color de mercado a su conmovedor trabajo y lo inyecta, rebosante de naïveté, con el valor agregado de su compromiso personal, pero que por lo visto no aplica a la hora de examinar de cerca lo que acontece en las minas de Luanda y que bien merecería un estímulo al gran "espíritu investigativo de tragedia" del que se precia en Art 21:

"It is difficult
to get the news from poems
yet men die miserably every day,
for lack
of what is found there."

Diametralmente han cambiado las cosas desde la célebre charla de Ana Mendieta donde opone el arte político a los intereses de las clases reaccionarias y si lograra resucitar se encontraría examinando en manos de cual de las clases terminó habitando el arte político. Mecenas con un transfondo social perverso como Unilever o Sindika Dokolo no solo se precian de financiar el arte y el activismo político desde la estética y de adoptar su lenguaje humanitario a la hora de hacer relaciones públicas, sino que es justamente esa acción la que les permite, con una inversión mínima en relación con sus ganancias brutas, limpiar, lavar (en el sentido de "lavandería") su imagen en la escena del Arte contemporáneo haciendo del activismo estético algo muy lejano de lo que soñó hace 25 años una artista que tanto énfasis hizo en el tema de la integridad del artista político y con base en el cual se desató una propaganda indiscriminada contra el arte que no lo fuera. El capitalismo ha logrado invertir de tal modo las intenciones de Mendieta, que nos encontramos con que hoy en día, son esas clases reaccionarias que señalaba acusadoramente en 1982 las que consumen y financian su propuesta y la propuesta de quienes se han inspirado en ella.
Pero en lo que hay que hacer énfasis es en como es precisamente en el arte político contemporáneo donde se cumple el uso del arte para defender los intereses de dichas clases. Las clases reaccionarias han logrado banalizar, confundir, distorsionar y simplificar la vida política y paralizar la acción social de choque por medio de la cultura del arte político. Han estilizado, en palabras de Mendieta, la realidad traumática, la guerra, la pobreza y la tragedia que son sus objetivos por excelencia. Han estilizado el activismo político, bien circunsnscribiéndolo al museo y la galería burguesa o bien estilizándolo como una forma de turismo de favela.

También en el sentido de Mendieta, las clases reaccionarias han hecho del arte político un estiloEL estilo. Un estilo tiránico, obligatorio, que han logrado desarrollar a través de la "tematización" metódica del evento artístico masificado. Hoy eses clases reaccionarias contra las que Mendieta lanzó su manifiesto decoran sus casas y sus oficinas con sus obras y las de su descendencia estética y usan su lenguaje de rebelión fingida para sacudirse el polvo de sus actos. ¿No es eso el equivalente a despertarse, 25 años después, en una especie de infierno? Para alguien como ella tal vez si, pero no como vemos, para el artista político contemporáneo quien aprendió de sus mentores posmodernos que por medio del lenguaje sentimental-conceptual, del lenguaje "dignificador" y la logorrea activista, cualquier vínculo entre él y la corrupción mas enquistada, puede ser casi perfectamente ocultado por la poesía.

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(1) "The "Sindika Dokolo African Collection of Contemporary Art" (SDACCA) was created five years ago in Luanda. Since then it has launched in 2007 the first African Triennial in the heart of the continent, in Luanda Angola. It has enabled the visit in Angola of important art figures such as Miquell Barcelo, Alfredo Jaar, Professor Henry Gates Jr., David Elliott. The dream of opening the first Centre for Contemporary art in Luanda by 2012 now becomes real. The unanimous decision of the jury in the Venice biennale in selecting the collection to represent the African Pavilion has confirmed the importance of linking the art world to the African continent; it has underlined the value of exposing the African public to its contemporary production." http://www.sindikadokolofoundation.org/
(2) "By promoting the culture of beauty and intelligence in our continent we are dignifying all
Africans. This effort, backed by all the culture players—starting with governments that
are confronted every day with the challenge of fighting poverty and
underdevelopment—is a celebration of the humanity in every one of us. This
consideration that Africa is giving herself is called self-esteem." http://www.universes-in-universe.de/car/venezia/eng/2007/tour/africa/press-01.pdf
(3) "A sensitive and uplifting counter to the imagery and silence of the works in the main gallery space, Muxima (2005),is rooted in Jaar’s love of African music and the belief that music can resonate with, and therefore help communicate, the experiences of the people. Muxima, (meaning ‘heart’ in Kimbundu, an indigenous language of Angola), looks at the history of Angola through a series of different renditions of a traditional folk song of the same name. The work traces a sense of Angola’s colonial past and maps its present, touching on issues such as the aftermath of civil war, AIDS and oil production. Recently shown to great acclaim within the African Pavilion at the Venice Biennale in 2007, Muxima exemplifies the intellectual rigour and poetry which pervades Alfredo Jaar’s practice." http://newsweaver.co.uk/visitingarts/e_article001020322.cfm?x=b11,0,ws
*Ana Mendieta. Art and Politics
"I'm not sure if I'm going to talk for 25 minutes.
The question of integrity in aesthetics is rather a mind boggling question for me, because I am an artist who feels that art is first of all a matter of vocation. Now vocation is a limiting factor, which extends even to the kind of art an artist is able to make. In other words, I believe an artist is limited to what he or she can give life to. I make the art I make because it's the only kind I can make. I have no choice. The Spanish philosopher Ortega y Gasset said: "To be a hero, to be heroic, is to be oneself." I think the statement is particularly significant to the attitude an artist must have in society. Being endowed with thought, how can a person go through life without questioning himself? And being endowed with feeling, hoe can he or she remain indifferent?
It is only with a real and long enough awakening that a person becomes present to himself, and it is only with this presence that a person begins to live like a human being. To know oneself to know the world, and it is also paradoxically a form of exile from the world. I know that it is this presence of myself, this self-knowledge which causes me to dialogue with the world around me by making art.
I would like to make some general statements about culture. I like to think of culture as the memory of history. However, according to Levi-Strauss, culture is the combination of customs, beliefs, habits, and aptitudes acquired by man as a member of society. I believe that art, although is a material part of culture, its greatest value is its spiritual role and the influence that it exercises in society, because art is the result of a spiritual activity of man and its greatest contribution is to the intellectual and moral development of man. Culture is a historical phenomenon that evolves at the same level as society, and that is the problem we are facing today. To establish its empire over nature, it has been necessary for man to dominate other men, and to treat part of humanity like objects. Western civilization's most pervasive task has been the spread of technology and its claim to culture seems to be devoted to the assimilation of technology. I'd like to ask a question. Who speaks for the US today? And I'd like to answer the question. The advertising agencies.
I think that we all know that there are two cultures within this culture. One is the culture in which the ruling class, the reactionary class, pushes to paralyze the social development of man in an effort to have all society identify with, and serve their own interests. The banalize, mix, distort, and simplify life. They have no use for anything pure or real. The call this stylizing. In this way, they create a product, a style, which dominates mass communications, and now also the arts, in all of its manifestations. They call this cosmopolitan and international style. Believe me, friends, imperialism is not a problem of extension, but of reproduction. This is an old technique, it was not invented here. It was used in ancient times by the Egyptians, the Greeks, the Romans. And so, authentic cultural traditions and manifestations in the arts denounce the falsehood of the civilizing mission of the ruling class. So, to mention what I said in my opening remarks, that to me art is a matter of vocation, must seem ridiculous to the bourgeois. The risk that real culture is running today is that if the cultural institutions are governed by people who are a part of the ruling class, then art can become invisible because they will refuse to assimilate it.
I feel that the very fact that you are here today is proof that there is another culture aside from ruling class culture. You know, the greatest comfort that great works of art give to me is not only my experience of them, but also the fact that they were created and that they exist. Now I'm sure that a lot for them were created in as adverse conditions as what we have today. And so that's proof, you know, that we will survive. And so the question of integrity in aesthetics is coming up again historically. It is personal question which each artist faces. It is a constant struggle. Hard times are coming, but I believe we who are artists will continue making our work. We will be ignored but we will be here. Thank you". http://visualproject2.blogspot.com/2007_09_01_archive.html