“La
política analfabeta, o sea despojada de la función argumentativa y de
referencias explícitas al futuro. es la forma en que hacen política los
grupos interesados en estrategias de reproducción o de generación de
cambios solo adaptativos; útiles en los momentos de continuidad, en que
se trata de que la sociedad siga la trayectoria ya trazada”
Tomás Moulian. De la Política Letrada a la Política Analfabeta.Un salón de clase de 11o. Grado. 10 niños. La maestra pregunta quien era Marx. Nadie responde. Alguien se atreve. Tan solo dos manos, con temor, se alzan. La maestra pregunta uno por uno a los 8 restantes, nadie sabe. Se acaba la clase y en el recreo tenemos una nueva “banda de hermanos” de 8 niños. La solidaridad a través de la ignorancia ha creado un grupo, la génesis de algo futuro. Los dos niños que sabían la respuesta, sin mucho espíritu guerrero, son unos parias ahora. ¿La razón? Colombia es un país donde la ignorancia crea solidaridad entre los individuos, ésprit de corps: guerrilla, paramilitarismo, estado, prensa, son comunidades, “bandas de hermanos”, creadas con base en la solidaridad que crea la ignorancia mutua y la preferencia por la astucia.
Hasta ahí hay algo de previsible. Pero que la ignorancia sea tambien la condicion para ser aceptado y motivado en el mundo de la cultura y las artes es ese punto donde el rio de lo preocupante desemboca en el mar de lo patético.
La cultura política de los “artistas comprometidos” y “políticos” es, al no existir una catedra de filosofía politica o historia política en las facultades de Bellas Artes, una sub cultura aprendida oralmente en la rumba, en la cafetería o en la opinión encontrada en la prensa, en la televisión, en Pirry y eventualmente, en conferencias de curadores o artistas europeos que, – a su vez y siguiendo la idea de que como las utopías han llegado a su fin, – piensan y difunden la idea de que disciplinas como la teoría o historia de las ideas politícas ya no tienen validez alguna.
Es decir el ésprit de corps creado por la ignorancia es global, pandémico. Teorías como las de Rancière no son más que la consagración académica de que la ignorancia es una cosmovisión (1) desde el momento en que la mítica sensibilidad analfabeta que ya promovió el proto-posmoderno Rousseau en su Contrato Social
“la ignorancia y la igualdad son la pura esencia de la felicidad, la garantía de su preservación y la esencia de su moralidad”…
es el nuevo motor de la historia y el “cambio”. El artista y el filósofo posmoderno saben muy bien que la única manera de secuestrar la política para la causa que les ha encomendado el capital neoliberal es redefiniéndola. Y nadie mejor que Rancière para completar ésta misión ocultativa al decir que
“La política no es el ejercicio del poder”
sino la lucha por el “reconocimiento”. La lucha para que “lo que se dice” y “lo que se muestra” pueda ser enmarcado por el Estado en la cultura nacional.(2) Qué más da que esas capas sociales candidatas al reconocimiento sean explotadas por sus patrones, que no alcancen a la media diaria de calorías o proteínas, o que los niños tengan que trabajar para equilibrar la canasta, si finalmente han logrado gracias a la labor del artista, del periodista, a las políticas culturales del Estado y a la ideología slummer dominante, obtener el reconocimiento cultural de sus bailes, sus fiestas o de los deportes autóctonos que practican…pero sobre todo de sus desgracias que son el valor de su reconocimiento cultural, el espectáculo con contenido moral, en Inglaterra, Suiza y el resto de Europa (3)
Lo que ha sucedido en éste punto es una redefinición de la política que busca conservar el capitalismo tal y como está. Hablando claro, es una redefinición reaccionaria de la política. Gracias a esa redefinición el capitalismo ya no corre el riesgo de que nada amenace su PODER, puesto que la única arma que le queda a la sociedad para usurpar, bien sea una parte o la totalidad del poder, es una noción inútil, un símbolo inútil. Y lo que es peor. Si la sociedad quiere encontrarlo de nuevo, deberá iniciar una expedición a los museos, las galerías y las bienales. Y si quiere encontrar alguna herramienta teórica deberá escarbar en declaraciones de artistas, catálogos de galería y textos curatoriales.
Existe un ejemplo muy simple de cómo se redefine un concepto para hacerlo inútil. Tomemos la palabra TIGRE. Vamos a redefinirla para suene con la misma fuerza, pero de tal modo que todo el que no sepa cómo comportarse frente a un tigre crea que, a partir de ésta nueva definición, es de hecho es un maestro en lidiar con tigres.
tigre1.
(Del lat. tigris).
1. m. Mamífero carnívoro de la familia de los Félidos, digitígrado, doméstico, de unos cinco decímetros de largo desde la cabeza hasta el arranque de la cola, que por sí sola mide dos decímetros aproximadamente. Tiene cabeza redonda, lengua muy áspera, patas cortas y pelaje espeso, suave, de color blanco, gris, pardo, rojizo o negro. Es muy útil en las casas como cazador de ratones.
Es, en efecto, mediante un sistema casi perfecto de permutaciones tramposas como ésta que la política ha logrado ser redefinida por el posmodernismo. El peligroso tigre es ahora un gato. Lo único que queda es el terrorífico nombre; es como si el Cálculo hubiera sido redefinido como aritmética o como si el fútbol hubiera sido redefinido para que los troncos y los torpes ganen siempre, ( que es a menudo lo que pasa también, nietzscheanamente, en el arte). La cultura politica del artista no es otra cosa hoy dia que un acto de superstición y de magia y como magia está basada en la repetición de ciertas palabras con poder mágico y mántrico: político, comprometido, denuncia, urgencia, desplazado y asi ad nauseam.
Es decir, el artista utliza el metodo de saturación de la publicidad. Repetición y saturación oral y escrita. En el video de la presentacion de la nueva Alzate que circuló alguna vez la palabra política se repite unas 20 veces en 3 minutos y seria un… ejercicio divertido… examinar las declaraciones “teoricas” de nuestro artistas comprometidos para hacer algun tipo de estadistica de la frecuencia del uso de dichas palabras. La palabra politica es, finalmente, el valor publicitario promocional agregado que vende la mercancia. La palabra politica es al arte politico lo que la palabra fluor es a la crema de dientes.
La redefinición posmoderna de la politíca es el desmonte de la politica. Y el desmonte de la política se logra separándola de su efecto sobre la ley y el poder como quiere Rancière. La politica ya no representa un obstáculo para la expansion de los negocios puesto que tiene que ver con el arte y la sensibilidad y no con la ley. Y cada día que un artista “analfabeta/comprometido” habla hoy de política, no hace mas que apretar un poco mas el corsé, la tuerca que permite que el capitalismo viva un dia más y es en ese sentido que podemos llamar al “arte comprometido” una nueva forma de colaboracionismo pomposo, pedante y reaccionario.
Carlos Salazar
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(1) “En el año 1818, Joseph Jacotot, revolucionario exiliado y lector de literatura francesa en la Universidad de Lovaina, empezó a sembrar el pánico en la Europa sabia. No contento con haber enseñado el francés a los estudiantes flamencos sin darles ninguna lección, se puso a enseñar lo que él ignoraba y a proclamar la palabra de orden de la emancipación intelectual: todos los hombres tienen igual inteligencia. Se puede aprender solo, sin maestro explicador, y un padre de familia pobre e ignorante puede hacerse instructor de su hijo. La instrucción es como la libertad: no se da, se toma. Ella se aleja tanto de los monopolios de la inteligencia como del trono explicador”
Ver Rancière. El Maestro Ignorante. Laertes, 2003
(2) “Politically, Rancière favors the concept of equality. “Politics exists when the figure of a specific subject is constituted, a supernumerary subject in relation to the calculated number of groups, places, and functions in a society” (p. 51). Translated into layman’s English, Rancière is saying that politics is the struggle of an unrecognized party for equal recognition in the established order. Esthetics is bound up in this battle, Rancière argues, because the battle takes place over the image of society — what it is permissible to say or to show.” Ben Davis. Rancière for Dummies. Artnet Magazine. Aug 17, 2006
(3) “El pueblo, que es el sujeto de la democracia, y por lo tanto el sujeto matricial de la política, no es el conjunto de los miembros de la comunidad o la clase obrera o la población. Es la parte suplementaria en relación a cualquiera de las partes contables de la población que hace posible identificar la cuenta de los incontados con la totalidad de la comunidad.” Jacques Rancière.11 Tesis sobre la Política. 2001